Creo tener, querido Gaudeamus, una explicación a tus sensaciones que yo también he tenido. Puede que, tal vez, la explicación se encuentre en las palabras Pasión y Sentimiento.
En todos los conciertos de Supertramp que he asistido, he podido ver a una banda con un sonido exquisito y una interpretación impecable, pero cierta frialdad y lejanía en la conexión con el público y un espectáculo sobrio visualmente. Rick no se mueve de los pianos y no se dirige al público para nada. Es John quien, de forma elegante, pero breve y poco expresiva, suele presentar las canciones y hacer un par de chistes. El resto se dedican a tocar y punto. Es lo que hay. Siempre ha sido así y no van a cambiar ahora.
Los conciertos de Roger que he visto han sido otra cosa por un simple detalle: Son cercanos. El artista, desde que sale hasta que se va, comunica con el público, interactúa con él, pregunta y espera respuestas y obtiene la complicidad que Rick y sus compañeros ni siquiera se plantean. Y todo con una sonrisa. El resto es igual que Supertramp: Excelente sonido y espectáculo visual sobrio.
¿Dónde está la diferencia? Que de uno sales saciado musicalmente y del otro sales igual de saciado musicalmente, pero con la sensación de haber sido parte del espectáculo y no solo mero espectador. Eso es lo que, de un modo u otro, se traslada a las crónicas. Las de Supertramp no son negativas. Simplemente son menos apasionadas porque esa es la sensación que queda en la mayoría de los cronistas...
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