Impresiones del líder de Supertramp tras la publicación del álbum de regreso de la banda en 1997.

Desde que hemos publicado “Some things never change” ya me han preguntado muchas veces qué ha sido de nosotros durante los últimos diez años. Obviamente, llevamos mucho tiempo en una especie de "hibernación". Nuestra última gira fue en 1988, y creo que por entonces ya llevábamos unos veintitrés años tocando. Pensé que era el momento de tomarse un descanso, de ver si queríamos seguir haciendo esto en el futuro, de darle a la gente una vida diferente, una vida familiar y hogareña.

Cada uno se escapó a su propio mundo. La gente del grupo está repartida por muchos lugares: Manchester, Fresno... Yo no quería decir que nos habíamos retirado. Odio que los grupos digan que se retiran, para después volver a salir en una gira "de despedida", y así sucesivamente. Sabía que esto podía suceder, así que he ido componiendo poco a poco en mi estudio.

Tenía la posibilidad de hacer un disco en solitario, así que reuní a un puñado de colegas con los que solía tocar en Los Angeles los miércoles por la noche. Venían a mi estudio y nos lo pasábamos bien tocando, improvisando y grabando maquetas. Iba a grabar un disco con un sonido más blues que Supertramp, pero por alguna razón seguí componiendo canciones que cada vez sonaban más a Supertramp.

Así que se hizo más difícil imaginarme lo de partir de cero como artista en solitario. Una cosa es publicar algo y otra muy distinta que una compañía de discos completamente nueva se comprometa contigo en cuanto a promoción, vídeos,  etc. Eso es algo que cuesta mucho, y para mí, después de la trayectoria de Supertramp, era algo muy duro a lo que enfrentarme. Y, como digo, muchas canciones sonaban a Supertramp, así que decidí llamar a John Helliwell y a Bob Siebenberg, para ver qué estaban haciendo. Eran dos colegas con los que quería contar en el regreso del antiguo Supertramp.

John se encontraba estudiando música. Había decidido volver a la Escuela de Música y, a sus 50 años, estaba en el tercer curso de un total de cuatro, así que parecía difícil que pudiera contar con él. Pero se lo pensó y finalmente decidió aceptar. Echaba de menos el cariño del público y todo lo demás. Quería volver a salir de gira, y eso me agradó mucho.

Y con Bob pasó lo mismo, incluso él se entusiasmó un poco más. Echaba de menos tocar conmigo todas esas canciones. Vive en Fresno, en el centro de California. El béisbol es muy importante en su vida allí, pues entrena a uno de los equipos universitarios locales y esta muy metido en ello. De hecho, cuando Bob empezó en la música tuvo que elegir entre el béisbol y la música, ya que era un jugador de béisbol bastante bueno. Por suerte para mí, se convirtió en el batería que queríamos.

Cuando empecé en la música, mi grupo no era Supertramp, se llamaba The Joint. La cosa iba bien, pero nos quedamos tirados en Europa, sin nada: sin agente, sin representante, sin furgoneta... Casi preparados para vivir entre cajas de cartón. Sin embargo, topamos con un tipo llamado Sam, que era muy rico y vivía en Ginebra. Acabamos viviendo en su casa, y ensayábamos en el sótano junto a aquel compositor que intentaba hacer una mezcla de rock y música clásica. Pero finalmente nos separamos, y nos lo merecíamos, no éramos una buena banda. Y Sam me preguntó si me gustaría volver a intentarlo con mis propias canciones, con un grupo nuevo, y así fue como empezó Supertramp. Me marché a Londres, puse algunos anuncios en el periódico y formamos la primera versión de Supertramp. Por supuesto, Roger Hodgson se presentó a aquellas audiciones.

Lo que ha pasado ahora con nosotros es algo más natural que una clonación. La gente con la que yo quería trabajar tiene salud, encaja en el grupo y quiere hacer esto. Hace dos o tres años se lo comenté a John: "si pudiera contar con este puñado de músicos, creo que seria una banda maravillosa". Y ahora lo tengo, es un grupo de ocho miembros y los tengo a todos. Nos morimos de ganas por tocar.

Un miembro destacado de la nueva banda es Mark Hart. Trabaje con él en “Free as a bird”, álbum en el que decidí dividir las tareas de composición. Así que ya le conocía un poco. Pero si vamos a grabar un disco de Supertramp, tenemos que componer canciones de Supertramp, así que le dije: "Mark, tenemos que buscar algunas canciones de Supertramp". Porque él puede componer en cualquier estilo, escucha todo lo que sale por la radio. Le encanta todo: grunge, jazz... Y toca todos los instrumentos: piano, guitarra, y canta... Así que lo que yo hago con él es intentar despertar el lado Supertramp de su naturaleza.

Estamos muy contentos con esta banda. El número uno, por supuesto, es John Helliwell, que lleva con nosotros desde el 73... ¡desde 1873! No ha cambiado un ápice, es increíble. Tiene el mismo aspecto y está deseando salir de gira. Y tenemos a nuestro batería original, Bob Siebenberg, que está tocando muy bien. También está Mark Hart, que como digo colabora en cantar y componer canciones. Es como un antiguo miembro porque ya estuvo antes en un par de giras con nosotros.

A la guitarra está Carl Verheyen, que también estuvo de gira con nosotros por Europa, aunque esta es la primera vez que trabaja en un disco. Es un músico técnicamente increíble. Cuando llegó le dije: "me conformo con la quinta parte de tu talento", porque prefiero el estilo melódico en vez de que se vuelva loco a la guitarra, él puede hacer cualquier cosa. Toca la guitarra española, puede hacer música clásica, jazz... Y es un músico de sesiones muy cotizado en Los Angeles, así que tenemos suerte de poder contar con él durante una temporada.

Y al bajo tenemos a Cliff Hugo, que también es un músico de sesiones muy solicitado, aunque le encanta tocar conmigo y con una banda, y que ha estado durante algún tiempo con Ray Charles. En la percusión tenemos a Tom Walsh, que también es un gran batería, otro músico de sesiones de Los Angeles muy ocupado. Le encanta trabajar con Supertramp y es un gran tipo, uno de esos que hacen un chiste de todo. Y a la trompeta tenemos una gran adición, Lee Thornberg, que también toca el trombón, los teclados y canta, así que va a encargarse de muchas cosas. Y esa es la banda, ¡una gran banda!

Creo que tenemos una portada muy interesante para el álbum. El título del disco es “Some things never change” (“Algunas cosas nunca cambian”), y para ilustrarlo tenemos a una pareja de mediana edad tomando el té en la Luna a las 4 en punto, con la Tierra al fondo. ¡Así que ya tenemos el desayuno en América y el té en la Luna!

Pienso que el carácter terrenal del disco tiene varios orígenes diferentes. Siempre he sido un gran fan del jazz. Crecí tocando la batería, lo que me introdujo en el jazz. Gene Kruppa era para mí el número uno en la música. Me encontré un disco suyo cuando era niño, en Inglaterra. Mis padres se habían comprado un tocadiscos, y su anterior dueño se lo había dejado olvidado dentro. Ese disco me impactó, lo puse miles de veces. Para mí aquello era lo mejor que había en la música, era algo impresionante.

Y así fue como empecé en el jazz, y después fui adentrándome poco a poco con el piano en el rock and roll y en el blues, sin intentar convertirme en un pianista profesional ni nada de eso, simplemente para divertirme. Así que tenía esas dos influencias, pero creo que es ahora cuando están empezando a mezclarse un poco, lo cual me hace sentirme muy bien. Al final he tenido la suficiente confianza para aplicar algo del jazz a los teclados.

He ido absorbiendo poco a poco algunas técnicas del jazz, estudiando videos y dando algunas clases, practicando, intentando aprender cosas por mi cuenta e integrándolas en la música, y creo que eso es lo que ha ocurrido. Pienso que eso te hace sentirte mejor con la música, porque no intentas ser una estrella del rock con 20 años. Aplicas un poco tu experiencia en utilizar otros mecanismos musicales. Ahora tenemos a un gran trompetista llamado Lee Thornberg, que ya lleva algún tiempo con nosotros y que estuvo en la sección de viento de Tower Of Power. No es un músico de sesiones, y tiene un sonido melódico maravilloso que se complementa muy bien con el estilo de John al saxofón, que también es muy melódico. Así que a partir de ahora vamos a tener una paleta musical muy rica de la que escoger los colores.

Yo he acabado en un grupo profesional sin tener demasiada preparación, simplemente conociendo algunos acordes de piano y saliendo por ahí a ver qué pasaba. Hoy en día, sin embargo, para quien quiera hacerlo es estupendo, porque tienes esa preparación y esa tecnología que te ayudan mucho. Tienes el CD, el DVD... Ojalá hubiera tenido yo todo esto cuando era un adolescente, las cosas habrían sido mucho más fáciles.

Este nuevo álbum es largo, muy largo. Teníamos que grabar un disco de entre setenta y ochenta minutos de música, así que lo primero que pensé fue "tenemos que crear un ambiente". Si alguien va a sentarse a escucharlo durante tanto tiempo, es mejor meterle en ambiente, y eso es lo que hace la primera canción del disco.

“It’s a hard world” pretende aislarte de cualquier humor y adentrarte poco a poco en el ambiente. Es un tema blues con un ritmo lento. La introducción es una bonita parte de bajo de Cliff, que es uno de los colegas con los que empecé a trabajar con vistas a mi disco en solitario, y ha hecho un gran trabajo junto a Bob en la batería. Es una sección rítmica muy agradable. No les di ninguna opción a los demás sobre qué canción debía abrir el disco. Esta es la que yo quería, y esperé a ver si alguien se quejaba pero nadie lo hizo. Tenía maquetas de ella, y recuerdo que se las puse a un posible productor, diciéndole que quería ilustrar la canción con algunos efectos de caricaturas, lo que le pareció una buena idea. Fuimos añadiendo algunas, y a veces funcionaba y otras no, pero así es como yo lo había imaginado, así que durante la dinámica de esta canción sobre el escenario habrá algunos pequeños cambios. El título encajaba bien con la letra de la canción: alguien que lucha contra las adversidades intentando conseguir algo, aunque no sé si lo logrará o no. Es un tipo bastante cabezota empeñado en que puede hacerlo, pero parece que ya lleva bastante tiempo intentándolo.

Creo que “You win I lose” es una buena canción para rescatar a la gente del humor con el que empieza el disco, porque después de un tema de nueve minutos tenemos que despertar al oyente rápidamente y hacerle seguir adelante. Es una canción pegadiza, el single del disco. Tiene una letra muy sencilla: a veces eres optimista y a veces pesimista. Puedes identificarte con la letra, y al final se da la vuelta a la tortilla, porque el perdedor acaba ganando. Tiene un sonido alegre, supongo que es un poco una comedia. Pero siempre he oído decir que la comedia es algo muy difícil de hacer, y a veces esas canciones sencillas se vuelven complicadas si quieres que todas las palabras encajen bien. Puedes pensar que reunir un puñado de palabras opuestas es lo más fácil del mundo, pero por alguna razón no es así. Líricamente fue una canción bastante difícil porque tuve que encontrar las palabras opuestas adecuadas.

En cuanto a “Get your act together”, el instrumento que se oye es una melódica, que se toca con los dedos mientras soplas. Hoy en día no abundan mucho, por naturaleza están desafinadas y eso no hace mucho por su causa. Hay un solo de melódica, y le dije a John en tono de broma (pues le gusta dar su opinión sobre todas las cosas mientras estamos en el estudio) que si se apostaba algo conmigo a que no era capaz de doblar esa parte en el clarinete. Así que desapareció durante tres días y cuando volvió lo había conseguido, y eso le daba un sonido único al tema. O sea, que lo que se oye son el clarinete y la melódica totalmente doblados.

“Live to love you” Es una canción de amor muy sencilla, no hay mucho más que añadir. Una de las últimas canciones que he compuesto. Básicamente consiste en decir la misma cosa de varias formas distintas. Trata de algo que va en contra de la opinión pública, tal vez esta pareja en concreto no tiene la aprobación de sus familias, pero eso no va a cambiar nada, la relación va a funcionar igualmente.

Respecto a la canción “Some things never change”... Bueno, la mayoría de las cosas siempre son iguales... ¡Lo cual puede ser el título de nuestro próximo álbum, quién sabe! A veces he leído que la personalidad de cada uno se forma antes del nacimiento, lo cual es muy interesante, seas lo que seas. Quiero decir que, si vas a ser un violador, un asesino o lo que sea, no puedes hacer nada, y lo mismo si vas a ser un gran matemático o cualquier otra cosa. Hay gente que dice que eso se decide antes de que nazcas, y me parece muy curioso. Es un título bastante adecuado porque responde a algunos de los valores que creo que tiene Supertramp. Tal vez no estemos muy de moda en cuanto a que nos gustan los temas melódicos, las introducciones, las secciones centrales, los finales, los solos... Y pienso que nos hemos quedado anclados en todo esto para bien. No creo que vayamos a cambiar en breve a un estilo grunge, así que desde ese punto de vista, si las cosas no cambian, estamos contentos. Tendencias enteras han aparecido y desaparecido entre nuestros discos, ¡y ni siquiera nos hemos dado cuenta!

“Listen to me please” está basada en la proliferación de esos anuncios comerciales en los que mandas dinero para que te envíen quinientas cintas. La voz principal dice que si quieres un buen consejo es mejor que le escuches, que compres sus cintas. Y después aparece la voz de Mark, que es la de un pobre muchacho abandonado a su suerte en su apartamento de una sola habitación y que está viendo un televisor destartalado. El otro tipo quiere sacarle el dinero y le dice que todo va a irle bien si consigue esas cintas. Esa es la idea de la letra... ¡Tal vez le vaya bien o tal vez no! Es interesante, la maqueta de esta canción tenía un tempo doble, y cuando nos metimos en el estudio y empezamos a ensayar, la sección rítmica no iba bien con ese tempo. Así que pensamos "¿por qué no lo reducimos a la mitad y hacemos algo un poco más funky?". Y eso es lo que hicimos. Por supuesto, el coro se repite hasta el final de la canción, y después decidimos dejar esa parte final con el tempo original, que le iba bien.

El joven Mark Hart también canta, y es bueno tener de nuevo a bordo a alguien más que se ocupe de cantar. El es el autor de “Sooner or later”, una gran canción, que me encanta. Ya le había oído tocarla antes porque Mark trabajó con nosotros en el pasado. Estuvo de gira con nosotros y tenía un compromiso con Crowded House. Un día antes de que le pidiera que se viniese a Supertramp, Crowded House se separó, así que supongo que fue mala suerte para él pero buena suerte para mí. Entonces vino y le dije que quería incluir esa canción, y estoy muy contento con ella.

“And the light” es una canción con la que llevaba jugueteando bastante tiempo, hasta que finalmente creo que he conseguido obtener lo que quería de ella. Ha sido una larga historia haciendo cambios en las frases, los arreglos... A veces hago eso con las canciones: las compongo y dejo que aparezcan y desaparezcan. Creo que esto se nota en la canción, porque parece casi construida de granito. Trata de alguien que se encuentra de nuevo con una persona después de mucho tiempo e intenta que las cosas vuelvan a funcionar.

“Give me a chance” es simplemente una canción pop, que se completa con un coro final en el que he dejado a Mark que lo haga a su manera. Contiene un bonito solo de saxo barítono de John. Tenemos todo tipo de solos en este álbum, durante los setenta minutos parece que cada solo conduce al siguiente. Hay solos de trompeta con sordina y sin ella, de clarinete, de melódica... Hay un montón de cosas diferentes, lo que es muy agradable. Es algo que no puedes planificar, simplemente ocurre. Así que el color del álbum va cambiando constantemente.

Supongo que “C’est what” es la versión blanca de “Say what”. Tiene que haber algún elemento humorístico si titulas a una canción “C'est what”. Este tema en realidad surgió a partir de la improvisación. He oído que a Ray Charles le pasó lo mismo con “What I say”. Así que la letra de “C'est what” no tiene mucho sentido, no he cambiado nada de ella. Si alguien intenta entenderla... ¡buena suerte! Cada frase debe ser tomada como algo independiente. No hay ningún mensaje en la letra, pero sí mucha diversión.

“Where there’s a will” es la última canción que he terminado, y también la última del disco. Estoy orgulloso de ella, porque el concepto obligaba a encadenar en la letra todos esos tópicos con los que nos encontramos a diario. Ya sabes, "si hay voluntad, hay solución", o "nunca eres demasiado joven", o "nunca eres demasiado viejo". Todo el mundo utiliza esas expresiones. Hay algo de cinismo aquí y allí, pero estoy muy satisfecho de haber incluido una cita de Rodney King, "¿podemos llevarnos todos bien?", que creo que es una de las frases mas relevantes de la década.

En la gira vamos a tocar algunas canciones antiguas. Eso es lo que la gente, sobre todo en Europa, quiere oir, porque el disco “Very best of Supertramp” se está vendiendo muy bien. Ha vendido un increíble número de copias allí, lo cual me indica que todavía hay una audiencia para nosotros. Eso es muy bonito, y puedes elegir entre quedarte sentado, darles las gracias y salir a cenar, o salir de gira y tocar. Así que les daremos las gracias tocando, y disfrutarán de algunas canciones nuevas y también de las antiguas. Creo que interpretaremos un veinte por ciento de canciones nuevas y un setenta u ochenta por ciento de material antiguo. Para mí va a ser muy interesante oir las viejas canciones con esta banda. Es una banda algo más completa y no tengo la intención de cambiar los arreglos demasiado si estos funcionan, pero para ser sincero, creo que el sonido va a ser realmente bueno.

Por lo que respecta a la producción de la gira, no podíamos hacer las cosas a medias. Si íbamos a hacerlo, teníamos que hacerlo bien y volver a montar todo el tema de la producción: escenarios, luces, películas... Eso no es algo sencillo, porque la gente quiere volver a ver las mismas cosas aunque hayan pasado diez años, recuerdan esa parte del espectáculo. Y ahora estamos en ello, vamos a volver a montarlo todo.

Un lugar muy importante en las giras de Supertramp siempre ha sido Canadá. Nos encanta tocar allí, por alguna razón Canadá fue para nosotros tan grande como Estados Unidos. Creo que por la misma razón por la que somos tan grandes en Francia: la parte francesa de Canadá nos adora. Son el tipo de gente que es fiel a sus héroes de siempre y a sus canciones antiguas.

En Francia todavía hay muchos fans de Johnny Haliday, que es de los años 50. Y lo del teatro Bataclan de París ya forma parte de la leyenda de Supertramp. Yo acabo de volver allí y está prácticamente igual, pero cuando tocamos en aquella ocasión sólo teníamos seis espectadores de pago, y uno de ellos era nuestro promotor en Francia. Desde entonces empezamos a ascender en aquel país hasta llegar a lo más alto. No tengo ni idea de por qué, lo prometo...