Entrevista al saxofonista de Supertramp realizada por Eoin Smith y publicada en el blog musical británico "Hercules Moments" durante la gira de 40º aniversario del grupo.

 
Estamos a primeros de Octubre y me encuentro sentado ante la mesa de mi salón, rodeado de teléfonos, ordenadores y agendas electrónicas. Mi dictáfono descansa en modo de espera. Bolígrafo en ristre, me preparo para empezar a hacer garabatos a toda velocidad. Voy a telefonear a Frankfurt para hablar con John Helliwell, saxofonista de los legendarios Supertramp, maestros del rock progresivo inglés, quienes, en estos momentos, se encuentran haciendo su gira “70-10” por Europa…


PREGUNTA: Estáis celebrando el 40º aniversario de vuestro primer álbum, e iniciasteis la gira con vuestra primera actuación en directo en 8 años… ¿Ha cambiado algo la dinámica dentro del grupo, o ha sido como volver a ponerse un par de zapatos muy cómodos?

JOHN: Más bien lo segundo, aunque la banda es un poco diferente. Por primera vez en mucho tiempo hemos salido de gira sin Mark Hart como cantante, y además hemos expandido la banda hasta un total de nueve músicos. En Junio estuvimos ensayando en la casa que tiene Rick Davies en Long Island, y también ensayamos en París antes de empezar la gira. Todo está funcionando muy bien. Ya hemos dado 20 conciertos y tenemos otros 17 por delante, incluyendo uno en el Reino Unido. A medida que pasan los días, lo vamos haciendo cada vez mejor.

PREGUNTA: ¿Tenéis ganas de volver a tocar en el Reino Unido?

JOHN: Sí, será muy bonito regresar a Londres. El único problema de tocar en sitios como Londres y París es que tenemos demasiados invitados, pues todo el mundo nos pide entradas. No es como, por ejemplo, ir a Stuttgart y tocar allí, donde no conocemos a nadie y donde simplemente disfrutamos del concierto sin tener que preocuparnos por los invitados. Es muy agradable coger un avión o un coche, llegar al lugar del concierto y ponerse a tocar sin tener que molestarse por otras cosas. Pero es parte de nuestro trabajo, y tenemos que vivir con ello.

PREGUNTA: Es curioso que digas que Londres es el sitio donde tenéis más invitados, pues podría decirse que a lo largo de vuestra carrera habéis tenido más éxito en América que aquí en el Reino Unido…

JOHN: Es interesante, porque si me lo hubieras preguntado hace 30 años te habría dicho que teníamos un éxito tremendo en los Estados Unidos. Pero ahora parece que nuestra popularidad se encuentra concentrada en Europa, sobre todo en Alemania, Francia y España. Ahora lo tenemos mucho más difícil en Estados Unidos, aunque seguimos sonando en las emisoras de rock clásico. Sin embargo, somos lo suficientemente populares en el Reino Unido como para llenar el O2 Arena. De hecho, no sé por qué no damos más conciertos en el país, pues normalmente también tocamos en Glasgow, en Edimburgo, en Manchester, en Liverpool… ¡Tal vez los promotores han pensado que con un concierto había suficiente! En cualquier caso, no es asunto mío… Yo debo centrarme en la música y dejar que otras personas se encarguen de los temas logísticos.

PREGUNTA: ¿Qué fue lo que os hizo iros a vivir a Estados Unidos en los años 70?

JOHN: Nos trasladamos a California en 1975, antes de hacernos famosos en América, porque pensamos que ya habíamos alcanzado nuestro techo en el Reino Unido después de la gira de “Crime of the century”. Decidimos que nuestro próximo paso debía ser intentar triunfar en Estados Unidos y Canadá, así que nos fuimos a vivir allí y trabajamos muy duro durante los años siguientes. En 1979 publicamos “Breakfast in America” e hicimos una gran gira por todo el país, consiguiendo un éxito gigantesco.

PREGUNTA: ¿Dirías entonces que “Breakfast in America” es probablemente el disco más importante de la historia de Supertramp?

JOHN: (RISAS) Bueno, fue el que mejor se vendió y sí, fue muy importante. Pero en cuanto a relevancia musical, lo pondría al mismo nivel que “Crime of the century”, que fue el álbum con el que dejamos nuestra impronta. Aunque si sólo se miran las cifras, creo que “Breakfast in America” es el que más copias ha vendido. De hecho, fue el disco que más se vendió en todo el mundo en 1979, y muy pronto publicaremos una nueva versión ‘deluxe’ del álbum.

PREGUNTA: Es curioso que publiquéis de nuevo “Breakfast in America” con motivo del 40º aniversario de vuestro primer álbum, en vez de volver a publicar precisamente ese primer álbum…

JOHN: No sé si el primer álbum volverá a ser publicado, pero todavía está a la venta. Se habló de volver a publicar toda nuestra discografía, pero la compañía de discos quería centrarse en “Breakfast in America” y “Crime of the century”. Esperamos publicar también una edición ‘deluxe’ de “Crime of the century” en breve. En cualquier caso, la de “Breakfast in America” es muy interesante, porque ha sido remasterizada por la misma persona que grabó y produjo el disco original, Pete Henderson. Además, hemos incluido un CD adicional con actuaciones en directo jamás publicadas anteriormente. Sin duda, se trata de algo muy interesante para nuestros fans, y estamos muy orgullosos de ello.

PREGUNTA: ¿Crees que el hecho de iros a vivir a América afectó a vuestra música en algún aspecto?

JOHN: Bueno, cada uno de nosotros siguió conservando sus influencias musicales, que abarcaban desde el jazz hasta los Beatles, pasando por la música surf de California. Todas esas influencias se unieron para producir “Crime of the century”, y cuando nos marchamos a los Estados Unidos seguimos influenciados por esas bandas. Es curioso, porque la canción “Breakfast in America” fuese compuesta por Roger Hodgson varios años antes de irnos a América. Simplemente era una especie de sueño suyo sobre lo que podía ser Estados Unidos. De todas formas, creo que todos disfrutamos mucho en América… ¡De hecho, los demás miembros del grupo siguen viviendo allí!

PREGUNTA: Cuando Roger Hodgson dejó Supertramp en 1983, ¿os disteis cuenta de que había cambiado el ambiente dentro del grupo?

JOHN: Cuando él decidió marcharse para ir por libre, Bob Siebenberg, Dougie Thomson y yo decidimos que queríamos seguir haciendo música con Rick como Supertramp. Nuestro siguiente álbum se llamó “Brother where you bound” y mostró una faceta más seria de Supertramp. Roger siempre había sido el autor de las canciones que eran un poco más pop, y de hecho la mayoría de ellas se convirtieron en singles muy famosos. Así que no contar con él nos permitía mostrar un aspecto diferente de la banda, lo cual estaba muy bien. Aún así, conseguimos extraer del disco un par de singles que tuvieron bastante éxito. Cuando volvimos a salir de gira después de ese disco sólo interpretamos canciones de Rick, pero a lo largo de los años hemos añadido una o dos canciones de Roger atendiendo la petición de nuestros fans.

PREGUNTA: En vuestras canciones aparecen unos cuantos instrumentos bastante poco habituales, como la balalaika y el armonio, lo que parece darle un toque único al sonido de Supertramp… ¿Componíais las canciones pensando en esos instrumentos, o tal vez las propias canciones conducían hasta ellos de una forma natural?

JOHN: La instrumentación principal del grupo no es tan poco habitual, aunque es un poco extraño que una banda de rock utilice saxofones y clarinetes. Lo del armonio es muy curioso, porque Roger componía algunas canciones con él. Creo que cuando era un adolescente tenía un armonio en su casa, y por eso acabamos utilizándolo. Y usamos otros instrumentos simplemente porque nos aportaban el sonido que queríamos conseguir. Por ejemplo, una vez usamos un serrucho, en otra ocasión alguien tocó un acordeón e incluso invitamos a un músico a tocar la tuba en “Breakfast in America”. Nos ocupábamos de casi todos los instrumentos nosotros mismos, pero también nos gustaba la idea de añadir arreglos de cuerda. Sin embargo, nunca quisimos sobrecargar el sonido, y nos gustaba que las canciones fuesen razonablemente cortas y sencillas hasta cierto punto… ¡A excepción de “Fool’s overture”, que era muy larga y compleja!

PREGUNTA: ¿Cómo definirías la música de Supertramp?

JOHN: Nuestra música se convirtió en algo muy difícil de grabar, aunque cuando la escuchas parece tener un sonido sencillo. Pero si te fijas atentamente puedes apreciar pequeñas sutilezas, porque está muy bien elaborada. Queríamos que las cosas fuesen así. Hay muchas canciones por ahí que tienen una bonita melodía, pero enseguida te cansas de ellas porque no tienen nada más. ¡Yo incluso acuñé un término que pensaba que describía muy bien nuestra música: ‘sofisti-rock’! A finales de los 70, todos los punks se rebelaban contra nuestro estilo musical. Alguien me preguntó una vez por qué nuestra música seguía teniendo éxito tantos años después, y yo creo que es precisamente por eso.

PREGUNTA: Hoy en día, el público en general conoce a Supertramp por canciones como “Dreamer”, “Bloody well right” y “The logical song”, pero ¿qué tres canciones elegirías tú por las que te gustaría que la banda fuese recordada?

JOHN: “From now on”, porque es una de las primeras que les escuché interpretar durante los ensayos antes de unirme al grupo en 1973… “Crime of the century”, porque es muy emotiva para mí ya que es la canción con la que solemos terminar nuestros conciertos y es importante que haga bien mi solo de saxofón… Y también “It’s raining again”, que creo que es nuestro mejor single… ¡Pero prefiero “Dancing in the street”, de Martha & The Vandellas! Ese es mi single favorito de todos los tiempos. (RISAS)

PREGUNTA: Y ahora la pregunta lógica… ¿Qué planes tiene la banda para después de esta gira?

JOHN: ¡Es todo muy efímero! De momento no hay planes para nada más, aunque es posible que hagamos otra gira a finales de la próxima primavera, y tal vez demos algunos conciertos más en el verano.

PREGUNTA: Para terminar, y dado que disponéis de un montón de seguidores fieles en todo el mundo… ¿Tienes algún mensaje para ellos?

JOHN: Les diría que vengan a ver nuestros conciertos, pues nunca hemos tocado tan bien como ahora. En los años 70 estábamos llenos de aquel entusiasmo juvenil y entonces ya éramos muy buenos, pero ahora hemos madurado un poco y somos capaces de interpretar las canciones bastante bien. Así que si vienen a vernos, creo que no se arrepentirán.