Doug Pringle, famoso locutor radiofónico norteamericano y amigo personal de Roger, entrevistó a este para su programa "The Pringle Program" en plena grabación del disco "Breakfast in America".

PREGUNTA: ¿Por qué estáis tardando tanto en terminar el nuevo álbum?
 
ROGER: Bueno, siempre pasa lo mismo. Siempre piensas que va a ser algo rápido pero nunca lo es. No somos muy buenos centrándonos en ello y consiguiéndolo. Somos algo más que un grupo que vive de la inspiración. A veces, cuando te apetece tocar el sonido no es bueno, y otras, cuando el sonido es bueno no te apetece tocar, así que tienes que esperar a que ambas cosas se unan, y pueden pasar días. Y esto sucede una y otra vez.
 
PREGUNTA: ¿Qué diferencias hay entre grabar este álbum y el anterior, “Even in the quietest moments”?
 
ROGER: En este álbum estamos esforzándonos al máximo para hacer algo especial. Diez canciones son demasiadas para no perder de vista ninguna. Sólo había siete en el disco anterior, así que era bastante más fácil tenerlas en la cabeza. Diez son muchas y hay mucha tela que cortar en este álbum.
 
PREGUNTA: ¿Cuál es tu impresión general sobre el nuevo disco?
 
ROGER: Me gusta la música que contiene, pero creo que el actual proceso de grabación nos está desgastando. Necesita que te dediques a él por completo. Hay muchos obstáculos que pueden llegar a agotarte. Cuando hay tanta gente trabajando junta, el nivel de energía debe ser el adecuado. Con que uno solo no lo tenga, los demás se ven afectados rápidamente, porque cada uno depende del resto. Si intentas hacer algo y no te sale, entonces es cuando la presión empieza a aumentar, y te descentras. Creo que estamos tardando tanto tiempo porque queremos lo mejor y esperamos a que cada canción nos convenza. Si no es así, seguimos insistiendo hasta que lo conseguimos.
 
PREGUNTA: ¿Crees que merece la pena ser tan perfeccionistas?
 
ROGER: No es nada nuevo, en cada álbum hemos pasado por lo mismo. Hay dos formas de hacer un álbum: como hacía Bob Dylan con algunos de sus discos, que los preparaba en cuatro días grabando directamente lo que tocaba, y en los que el sonido es terrible pero no importa porque capta los sentimientos; o como lo hacemos nosotros, tomándonos nuestro tiempo. Por suerte, tenemos una compañía de discos muy paciente que nos permite hacerlo. Es como si pintaras un cuadro, pero aquí estamos pintando con sonido. Si metes la guitarra en una canción, tiene que encontrar su sitio, pero sin cargarse el resto de instrumentos. Eso lleva mucho tiempo. Puedes tener veinte sonidos de guitarra y sólo uno ser bueno, pero cuando lo consigues estás tan cansado de tocar que tienes que dejarlo durante unos días.