Artículo de Moira Petty, del periódico inglés "Daily Mail", sobre el anuncio de Roger Hodgson respecto a su inminente salida de Supertramp.

 

Supertramp, el millonario grupo de rock que paga sus impuestos en el extranjero, recibió ayer el visto bueno de la realeza británica, tal vez unas semanas demasiado tarde. La Princesa Diana ha dicho que este supergrupo, formado hace trece años, es una de sus bandas favoritas.

Diana tal vez no sepa que a principios de este mes, cuando ella se encontraba visitando Canadá, Roger Hodgson, el hombre cuyo talento componiendo canciones fue pieza clave para que Supertramp triunfase en todo el mundo, anunció que está a punto de abandonar el grupo. Y sin él Supertramp ya nunca será lo mismo.

“Formar parte de una banda de rock es como estar casado”, dice Roger, de 33 años. “Hemos acabado discutiendo hasta por las cosas más insignificantes, y grabar nuestro último disco, ‘Famous last words’, nos ha llevado dieciséis meses. Ha sido un período muy difícil en el terreno emocional, con unas tensiones tremendas”.

Estar en lo más alto del mundo de la música les pasó factura, y la banda decidió separarse durante un tiempo. “Pensamos que debíamos darnos una nueva oportunidad y grabar otro álbum, pero no funcionó. Para mí esto es un divorcio”.

Roger, antiguo alumno de Stowe, vive a orillas del Lago Tahoe con su mujer y sus dos hijos. Ya está preparando un disco en solitario, y dice que quiere que ese nuevo trabajo sea más espontáneo que el rock predecible que Supertramp ha venido produciendo últimamente.

Supertramp, cuya plantilla incluye al teclista Rick Davies, al bajista Dougie Thomson, al saxofonista John Helliwell y al batería Bob Benberg, no siempre ha sido un grupo bien tratado por los críticos, quienes les acusan de hacer música para “hippies” jubilados.

Sin embargo, la banda ha sabido atraer a un público joven que se ha unido a los fans que permanecen fieles desde los años 70. Fue después de cambiar Inglaterra por los Estados Unidos, en 1976, cuando Supertramp saboreó el éxito. Sus ocho álbumes, entre los que se encuentran los triunfantes ‘Crime of the century’ y ‘Breakfast in America’, han vendido sesenta millones de copias.

El dinero ha sido otro de los motivos de la separación. “Cuando un grupo se transforma en algo tan grande, deja de ser una banda y se convierte en un negocio”, dice Roger Hodgson. “Yo he pasado más tiempo administrando mi dinero que disfrutando de él”.

Con esta triste observación, Hodgson anuncia su despedida y, aunque los restantes miembros del grupo han prometido mantener Supertramp a flote, no está claro que puedan lograrlo sin el hombre cuya peculiar voz y cuyas canciones les han hecho ser lo que son.