Reportaje de Garth Pearce, publicado en la prensa musical suiza, a la llegada de la gira de "Even in the quietest moments" a la ciudad de Ginebra.

 

En el Chateau de Condree, del siglo XIII, junto a Magnet de Couard y Champagne Julep, Supertramp celebra discretamente su éxito. Este les ha sorprendido después de siete años con el momento más seguro pero implacable que han atravesado con su música. Y ahora los cinco músicos, que han vendido quince millones de discos, descansan aquí en medio de un agradable anonimato.

"Siempre hemos querido que sea así", dice John Helliwell, de 32 años. "Ninguno de nosotros quiere ser una súper estrella. Nuestro objetivo es conseguir un buen sonido, una iluminación sutil y una música excelente. Queremos ofrecer un espectáculo sin histrionismo, sin dar saltos por el escenario ni utilizar lanzallamas. Nos gusta tratar al público como si estuviesen sentados en un gigantesco equipo estéreo".

En los últimos doce meses, el grupo se ha mudado desde Gran Bretaña a Los Angeles para establecerse allí como los pesos pesados del rock de 1977. Volverán a Inglaterra el 15 de Octubre para dar una serie de conciertos que incluyen uno en el Wembley Empire Pool de Londres. Y aquí en Suiza, como en América y en el resto de Europa, tocan ante públicos de diez mil personas en una gira que empezó hace seis meses y ya ha recorrido setenta mil kilómetros.

"Hace tres años sólo vendimos quince entradas en un concierto en París", recuerda John. "Nuestra música necesita tiempo para crecer. Antes de nuestro primer álbum de éxito, 'Crime of the century' (que vendió cerca de un millón de copias sólo en Gran Bretaña), hubo una época de vacas flacas. El único concierto que dimos durante meses fue en una boda en Jersey. Ni siquiera recuerdo si nos pagaron".

Durante los malos tiempos el grupo hizo una apuesta arriesgada al endeudarse para adquirir su propio equipo de sonido e iluminación. La deuda fue cancelada añadiendo profesionalismo y estilo al tipo de rock que a menudo se echa a perder por efectos especiales chapuceros.

El bajista Dougie Thomson dice: "Cuando empezamos, teníamos que hacer cualquier cosa para que la gente viniera a nuestros conciertos. Incluso nos echábamos a la calle para regalar entradas".

Roger Hodgson, de 26 años, que co-escribe todas las canciones, dice: "Dejamos de utilizar cientos de canciones. No seguimos adelante con nada mientras que no estemos los cinco de acuerdo".

El resultado de ello son álbumes como los famosos "Crisis, what crisis?" y "Even in the quietest moments", que se publicó el 1 de Abril y todavía está en lo más alto de las listas británicas y americanas. Un single, "Give a little bit", se ha convertido en el tercer "Top 30" de los cuatro que han publicado.

"Ya tenemos entre treinta y cuarenta canciones para nuestro próximo álbum", revela Rick Davies. "Las consideramos nuestro seguro para el futuro".

Pero es la inversión de los años anteriores lo que da beneficios al Supertramp de hoy. Y eso es lo que hace de ellos el grupo más interesante de este otoño.