Peter Robertson, de la revista británica "Hello", visitó a Rick Davies y a su esposa Sue en Los Angeles coincidiendo con el regreso de Supertramp a los escenarios tras diez años de ausencia.

La estrella del rock Rick Davies, cantante y teclista del supergrupo Supertramp, tenía razones para brindar con su esposa Sue cuando les visitamos en su casa de Los Angeles.

Las ventas del primer disco en estudio de Supertramp en casi una década han convulsionado las listas europeas, siguiendo el camino de éxitos como ‘Dreamer’ y ‘Breakfast in America’, que son responsables de los más de cincuenta millones de discos vendidos por el grupo. El nuevo título, ‘Some things never change’, parece un comentario inteligente sobre la popularidad de este grupo que existe desde hace veintiocho años.

Rick, de 54 años, está actuando ante multitudes en su actual gira de regreso. "Estoy entusiasmado", dice. "Llevaba bastante tiempo ardiendo en deseos de volver a salir a tocar por ahí". Sue, de 45 años, comparte esa satisfacción tanto personal como profesionalmente, ya que desde hace catorce años es representante del grupo. Está casada con Rick desde hace mucho tiempo, más de dos décadas.

En el mundo de la música rock, en el que es habitual que las relaciones sean efímeras, una pareja como esta es todo un fenómeno. Pero Rick insiste en que su matrimonio está consolidado. "Sue y yo nos queremos más que nunca. Somos casi como Bonnie y Clyde... ¡Nosotros contra todo el mundo! ¡No atracamos bancos pero no lo hacemos demasiado mal!"

Llevan veintidós años viviendo juntos en Estados Unidos. Aunque Sue es americana, Rick, a pesar del acento que ha adquirido, es inglés. "Sí, soy muy inglés. Nací en Swindon, Wiltshire", explica. "No queda mucha gente de los viejos tiempos por allí, casi todos mis conocidos se han marchado de la ciudad. Pero mi madre todavía vive allí. Fui a verla el otro día, le llevé una copia de nuestro nuevo disco y le encantó oirlo". Rick lleva a Sue casi todas las Navidades allí para visitarla. El es un chico solitario y su madre, que era peluquera, está viuda.

"Mi padre murió en 1973, antes de que Supertramp triunfara. Mi madre siempre ha estado triste por eso, pero yo he intentado no darle vueltas al tema. Como mi padre no me vio triunfar, siempre me decía cosas como ‘¿cuándo vas a conseguir un trabajo de verdad?’. El estuvo en la Marina casi toda su vida, pero durante la Guerra trabajó como experto en dispositivos de bombas para la Fuerza Aérea. Creo que desactivó más de mil bombas, lo cual no le vino muy bien a sus nervios".

Aunque Rick no tiene antecedentes familiares en la música ("excepto que mi madre tocaba un pequeño piano"), cuando oyó ‘Drummin' Man’, del batería americano Gene Krupa, en la radio de sus padres, se quedó impactado. "Fue como un rayo que me cayó encima. Debo haberla tocado dos mil veces", dice sonriendo.

Una vez graduado en "golpear baterías de cocina", recibió clases de batería a los 8 años. "Pensaba que si me convertía en el mejor batería del mundo, todo sería perfecto. Pero las cosas no eran así". Posteriormente, cambió la batería por el piano.

Mientras estudiaba en la Escuela de Arte de Swindon, Rick formó su primer grupo, llamado Rick's Blues, en el que aparecía a la batería Gilbert O'Sullivan, quien más tarde se haría famoso tocando el piano para acompañar sus composiciones. Rick estuvo después durante cuatro años en otra banda, The Lonely Ones, antes de formar en 1969 Supertramp, que recibió el nombre del libro de W.H. Davies ‘La autobiografía de un supervagabundo’.

A raíz del gran éxito de su tercer álbum, ‘Crime of the century’, el grupo hizo su gira de presentación por Estados Unidos en la primavera de 1975. "Todos mis ídolos eran músicos americanos, desde Gene Krupa hasta Ray Charles, así que me impresionaba un poco venir hasta aquí", admite Rick.

Mientras esto sucedía, la primera persona que él y el grupo conocieron en América fue Sue. "Ella vino a recibirnos al aeropuerto porque trabajaba en las oficinas de A&M en Nueva York, en el departamento de Desarrollo de Artistas. Y por supuesto, algo desarrolló en este artista", dice Rick riéndose. "Supertramp nunca ha sido una colección de Mick Jaggers, y a mí nunca me ha gustado entrometerme en nada. Era un poco tímido y reservado, y no me atrevía a hacer tonterías en ninguna situación. De todas formas, supongo que me enamoré. Sue era increíblemente divertida, igual que hoy en día, y yo no soportaba la idea de que algún otro pudiera acabar llevándosela, así que tuve que movilizarme", añade.

La pareja se casó en Julio de 1976, y Rick confiesa: "Fue una boda enorme, y yo estaba más nervioso que cuando tuve que actuar ante cien mil personas en Francia". La ceremonia tuvo lugar en Garden City, Long Island, a una hora de Amityville, la ciudad de Sue, escenario de los horribles crímenes que aparecen en la película ‘Horror en Amityville’. "De hecho", dice Rick, "acababan de producirse los asesinatos y Sue quería que compráramos esa casa, aunque no te lo creas, porque estaba en una zona preciosa donde todas las casas costaban unos doscientos mil dólares excepto esta, que sólo valía treinta y cinco mil".

Se mudaron a Los Angeles, donde compraron su actual casa en 1979 a Gerry Van Dyke, hermano del actor Dick Van Dyke. Allí han construido un estudio en la casa de invitados, donde a Rick le gusta componer canciones y grabar maquetas.

"No salimos mucho por ahí", dice. "Nos gusta viajar, pero después de estar mucho tiempo de gira, no nos apetece demasiado seguir viajando". La gira actual, con cincuenta conciertos por Europa incluyendo dos presencias en Londres en los meses de Junio y Septiembre, seguramente les reprima cualquier deseo de viajar.

Giras como esta han sido las culpables de que Rick y Sue hayan decidido no tener hijos. Se explica: "No queríamos tenerlos mientras estuviéramos metidos en esta locura de estar de gira durante largos períodos de tiempo. Todo el mundo nos decía ‘debéis tener hijos, todo el mundo los tiene’, pero decidimos no tenerlos. Descubrí que así éramos muy felices. Sue piensa igual pero, si ella decide tener niños, tendremos todos los que quiera. Todavía no queremos tenerlos, aunque me voy a sentir fatal cuando cumpla 86 años y no tenga familia. No sé, podría ser interesante".

"Los perros son nuestro gran entretenimiento", añade, refiriéndose a sus dos ‘golden retriever’, Ginger y Biffo, y a su ‘springer spaniel’, Bogie, que aparece en la portada del álbum ‘Some things never change’.

Feliz con su vida en Estados Unidos, Rick no se imagina regresando a Gran Bretaña por ahora. Pero la pareja está pensando en mudarse permanentemente de Los Angeles a su otra casa en Long Island. "Lo que haremos será reconstruir nuestra casa allí y, si tenemos suerte, tener también un pequeño apartamento en Nueva York. Eso sería lo ideal", dice Rick.

A nivel profesional, añade: "Creo que por lo que se refiere a componer y grabar, Supertramp existirá durante mucho tiempo. Pero me pregunto si podremos seguir con esas giras tan intensas. Así que esta será probablemente nuestra última gran gira".