Mike Gardner, del "Record Mirror", se entrevistó con Dougie Thomson y Bob Siebenberg tras la publicación del álbum "Famous last words".

 

Es ya toda una vida en el océano para Supertramp, que actualmente continúa con el tema acuático gracias a  “It’s raining again” en la lista de singles.

Dougie Thomson, su bajista de Glasgow de 31 años, vive en un barco en la costa de California. Durante los dieciocho meses de descanso que se toma Supertramp suele recorrer la costa pacífica hasta México. El año pasado navegó más de diez mil millas.

“Creo que es algo que llevo en la sangre”, dice. “Cuando era niño bajaba hasta el río Clyde con mi abuelo, y me gustaba subirme a los grandes buques”.

“A pesar de lo que dice la gente sobre el río Clyde, para mí era muy romántico. Iba con mi familia hasta Dunbar, cerca de Edimburgo, en la costa oriental de Escocia. Recuerdo ir a ver cómo llegaban los barcos pesqueros. Pasé mucho tiempo deambulando por el puerto”.

“Algunos capitanes me llevaban con ellos unas cuantas horas”, dice. “Siempre me preguntaba cómo sería vivir una gran aventura”.

Ahora ya lo sabe. Tiene un yate de quince metros de eslora con dos cabinas que es su hogar. Aprendió casi todo lo que sabe sobre el mar a base de pruebas y equivocaciones, pero estuvo seis meses asistiendo a clases nocturnas para conseguir su título de navegante.

“Hay que trabajar duro, no se trata sólo de navegar, sino de hacer el mantenimiento del barco. La sal del mar lo destruye todo, y el sol empeora aún más las cosas. Siempre hay algo que arreglar”, dice.

Pero el mar no es simplemente un lugar peligroso para la madera y el metal. También es un sitio duro para los humanos. “A veces es espeluznante”, avisa Thomson. “He atravesado temporales de fuerza nueve, con vientos de cincuenta nudos y olas de siete metros”. Y eso no es todo, también hay que luchar contra los moradores del océano.

“He navegado mucho, así que he estado en lugares donde lo que hay debajo del agua es espectacular”, dice. “La primera vez que vi un tiburón me asusté bastante, estuve sólo a un metro de él. No era nada más que un tiburón gato, que se alimenta de plancton, pero por entonces no sabía distinguir entre los tiburones inofensivos y los peligrosos”.

“Una vez vi un tiburón limón que medía más de tres metros. Yo estaba a metro y medio de él, y uno de mis acompañantes se metió en el agua. Le golpeó en la cola y se marchó”.

Pero no todos los amigos de Thomson han tenido tanta suerte… “A un colega mío le mordieron. Fue un pequeño tiburón de aleta negra. Por suerte, mi amigo llevaba su cuchillo atado a la cintura y el mordisco no fue letal. Le atravesó los tendones y tuvieron que operarle un par de veces, pero ahora se encuentra bien. De hecho, volvió a navegar en tres semanas”.

Thomson señala que las posibilidades de ser víctima de un ataque de tiburones son mínimas. “Siempre tienes la opción de salir huyendo”.

“Navegar me proporciona un buen equilibrio, así que cuando tengo que volver con Supertramp, lo hago con mucho entusiasmo”, dice. Actualmente la banda está planeando dar una gira por Gran Bretaña el próximo verano, probablemente en recintos al aire libre.

Mientras tanto, Bob Siebenberg, el batería americano del grupo, que también tiene un estilo de vida acuático, sabe cómo emplear el tiempo.

“Hago surf casi todos los fines de semana, así que me gusta estar en el mar”, dice. Señala que la típica afición californiana de hacer surf y todo lo que le rodea está más de moda que nunca, aunque no se hable mucho sobre el tema.

“Creo que hoy hay más gente en el agua que nunca”, dice. “La única razón por la que parece que esto no es lo que era es que ya no se sabe nada de los Beach Boys. Pero todavía hay una parte romántica en esto, sigo creyendo que la mejor forma de ver una puesta de sol es desde una tabla de surf”.