Artículo de Ray Telford publicado en el diario australiano "Billboard", en el que el batería de Supertramp Bob Siebenberg opina sobre la gira "World Migration Tour" que estaba a punto de comenzar.

 

Las modas vienen y van, se declaran guerras, desaparecen países... Y siempre hay un lugar para Supertramp. Después de una larga ausencia en la que han estado más o menos ociosos, el grupo está a punto de salir de gira para promocionar su disco más “ryhthm and blues” hasta la fecha.

Hace dos años Supertramp atravesó su mayor “¿crisis, qué crisis?”. El fundador y compositor del grupo Roger Hodgson había emprendido una carrera en solitario, y los restantes miembros acababan de publicar un álbum llamado “Brother where you bound”.

Naturalmente, todos estaban bastante preocupados antes de sus primeras actuaciones sin Roger. Se fueron hasta St. John’s, en la costa oriental de Canadá, para dar un total de tres conciertos. A mitad del primer concierto, los miembros del grupo pudieron empezar a relajarse. El público canadiense no sólo conocía las canciones, sino que reaccionó muy positivamente ante el material nuevo.

Supertramp había superado su mayor reto. Se dieron cuenta de que podían seguir adelante sin Hodgson. “Sinceramente, para nosotros aquellos sólo fueron unos cuantos conciertos más”, señala el batería Bob Siebenberg, único miembro americano de Supertramp. “Al menos para mí. La única vez que eché de menos a Roger fue durante los ensayos. Ver solamente a cuatro tíos en aquella sala me resultó extraño al principio”.

“Pero una vez que superas eso, te concentras en lo que tienes. Después de todo, las cosas van cambiando constantemente. En 1983, cuando Roger aún estaba en el grupo, incorporamos a dos músicos adicionales. Después él se marchó y trajimos a otros cuatro. Vamos haciendo ajustes continuamente”.

Es un jueves por la tarde, y en un local de Hollywood puede oirse el vibrante e inconfundible sonido de una banda que se prepara para salir de gira, entre el barullo de la actividad que les rodea, mientras una nueva canción va tomando forma.

“When a spirit is broken
Why go on
When there's nothing to say
And a love just a token
It was strong
Now it's fading away”

Se trata de Supertramp, ensayando el tema que da título a su nuevo álbum, “Free as a bird”. Los técnicos y los miembros del equipo de la gira, vestidos con vaqueros y camiseta, van cambiando las cosas de sitio mientras son observados por Siebenberg con una sonrisa.

“No importa cuántas veces hayas salido de gira, siempre hay algo especial en la forma de organizar una gira, sobre todo ahora que estamos dando los últimos retoques. El domingo empezamos con las películas y nos encargaremos de toda la producción y de la iluminación”.

“Hay gente de todo el mundo trabajando en nuestro espectáculo, y todas sus energías están concentradas en una sola cosa. Es una sensación muy fuerte, no puedes ayudarles pero su entusiasmo te arrastra”. Se estropea un amplificador y un grupo de técnicos se arremolinan sobre el aparato afectado.

Las giras de Supertramp pueden durar hasta dieciocho meses. Bob tiene un rancho en el centro de California, donde tiene vacas, caballos y su estudio casero de veinticuatro pistas. Básicamente emplea su tiempo de ocio en ser padre y esposo, aunque el año pasado publicó un disco en solitario, “Giants in our own room”, en el que toca la batería y los teclados, y está acompañado a la guitarra por el antiguo miembro de Thin Lizzy Scott Gorham.

“Scott es mi cuñado, le conozco desde que tenía 16 años. Ahora mismo se encuentra en Inglaterra grabando con un cantante llamado John Fiddler, que estuvo en Box Of Frogs. Hay un proyecto llamado “Phenomena” en el que trabajan varios guitarristas y baterías de la época de Thin Lizzy, y creo que Scott quiere salir de gira con ellos. Me contó que va a hacer un solo de guitarra en el próximo álbum de Asia”.

¿Así que Asia todavía existe? “Eso parece. Quiero decir, eso es lo que me ha contado por teléfono. No estoy seguro de quién sigue y quién no sigue en Asia”. ¡Yo estoy seguro de que Asia tampoco lo sabe! “Ja, ja, probablemente esa sea la cruda realidad”.

De los otros miembros de Supertramp, Rick Davies (voz y teclados) ha empleado este paréntesis lejos de los escenarios en componer canciones; el saxofonista John Helliwell ha vivido entre Londres y Los Angeles (el centro de operaciones del grupo durante casi diez años); y el bajista Dougie Thomson, que es un experto navegante, ha pasado mucho tiempo en el mar.

Seguramente aún queden muchos fans de Supertramp. A lo largo de veinte años y diez discos el grupo ha vendido más de treinta y siete millones de copias. Australia, donde la banda arrancará su próxima gira a finales de Noviembre, siempre ha sido un gran mercado para ellos, igual que Canadá. En América y en Europa pueden salir de gira siempre que quieran, aunque en Gran Bretaña suele ser más difícil a causa de la postura “sólo nuestra música tiene personalidad” que impera en las islas.

Los miembros de Supertramp nunca han sido unas estrellas de la noche. El descanso les llegó cuatro discos, montones de giras y varias formaciones después de “Crime of the century”, álbum con el que el sentido del “estilo” de la banda (melodías potentes, ritmos fluidos y teclados dramáticos) encontró su lugar en el mundo.