Susan Borey, del "Rock Bill Magazine", entrevistó a Rick Davies poco después de la publicación de "Brother where you bound".

Aunque fueron sembrados en 1970 en el triste y psicodélico jardín del "rock arte", la verdad es que Supertramp sólo se merecía esta etiqueta a medias. De la pareja de compositores que formaba el núcleo, era el barbudo Roger Hodgson quien se inclinaba más hacia los caprichos intrincados; sus evasiones oníricas expresadas con facilidad eran contrarrestadas por los gruñidos cínicos del "bluesman" de la clase obrera Rick Davies, hasta que Hodgson tomó su propio camino en 1983.
 
El dúo se conoció a través de un anuncio de periódico que puso Davies, quien acababa de ser rescatado de la oscuridad terminal como batería en Munich por un millonario holandés que deseaba patrocinar a un grupo musical. Hodgson, recién salido de un colegio privado, vio el anuncio gracias a su madre, que al parecer estaba cansada de tenerle en casa.
 
La pareja coincidió en Londres y transformó personalidades, influencias y perspectivas dispares en un sonido de platino que colocó a cada uno de ellos en un partido de tenis brillante pero no competitivo. Alternaron sus voces en los conciertos y en los discos, y dividieron cuidadosamente las tareas de composición.
 
"Nuestras personalidades son muy distintas", admite Davies mientras juega con la porcelana china de la suite de un hotel de Manhattan. "Quiero decir que a él le gustaba estar en el campo y comer vegetales, y a mí no".
 
"Los últimos álbumes de Supertramp han sido un diálogo entre Roger y yo. Esto se hizo algo habitual y finalmente se tuvo que acabar. En nuestro último disco, Famous Last Words, todo fue algo así como enseñar los dientes. Fue un alivio cuando Roger tomó la decisión de marcharse. Creo que él pensará lo mismo".
 
"Creo que las cosas realmente buenas que hicimos Roger y yo tuvieron lugar cuando estábamos más integrados. Cuando nos encontrábamos tirados juntos en pequeños apartamentos y teníamos que hacer música, la cosa funcionaba. Pero en cuanto nos independizamos, a causa del éxito de nuestros discos, tendimos a trabajar contra nuestras personalidades musicales. Al final éramos compositores independientes, y todo lo hacíamos de forma fragmentada".
 
Se dice que el divorcio ha sido amistoso. Davies se ha pasado un año componiendo y grabando con un grupo más aerodinámico, desviando las predilecciones más suaves de la banda hacia una región del pop más áspera y pélvica. La mayor parte del nuevo disco de Supertramp, Brother Where You Bound, está basada en líneas bailables de piano acústico. Es aire refrescante para la masificación de sintetizadores de esta década.
 
El grupo ha reasignado las tareas a la guitarra de Hodgson a varios músicos, entre los que destaca David Gilmour, que ha perfeccionado un sistema técnico que le permite intervenir desde la mesa de mezclas.
 
"Lleva cuatro amplificadores y dos tablas de pedales que está pisando continuamente", descubre Davies. "Tiene un control absoluto de su sonido, de todo lo que se mezcla, ecos, repeticiones, todo ello acompañado de sonidos preprogramados en una cinta. No deja que eso lo haga otra persona".
 
Sin grandes alardes, Davies ha puesto su atención en temas sociales, pero aunque él tiene su propio punto de vista en la política, no ha disparado contra nadie en particular. La canción que da título al álbum es una especie de larga mirada de diecisiete minutos hacia el comunismo.
 

"Trata más de la paranoia de un tipo que del comunismo específicamente. Este tipo está convencido de que las fuerzas comunistas están tomando su ciudad y su país. Si es su imaginación o es real, ya es una cuestión de lo que pasa en la canción y en el vídeo que también estamos preparando. No es una opinión del grupo sobre el comunismo ni nada de eso. Es una especie de filosofía medio-occidental sobre los comunistas, o algo así".

En otra canción, Better Days, aparecen las voces de Reagan, Bush, Mondale y Ferraro flotando en un ambiente punzante. El obligatorio vídeo para esta canción mostrará una especie de marionetas con aspecto de personas escenificando el doble lenguaje retórico.
 
"La canción trata de lo que es elegir entre varias cosas que virtualmente son lo mismo. Puede que haya algo de cinismo en ello, pero no traspasamos ninguna barrera. No arremetemos contra nadie".
 
¿Por qué no, Rick? ¿No están obligados los artistas, en algunas circunstancias, a utilizar su popularidad para atraer la atención en asuntos sociales?
 
"No", contesta de inmediato. "Pienso que el artista puede estar equivocado, y no creo que sea inteligente empezar a dar clases de moral a los jóvenes. Esto sólo es rock and roll, algo que no suele estar cualificado para esparcir palabras de sabiduría".