John "Bo Bo" Bollenberg, de "Progressive World", asistió a la fiesta de presentación del álbum "Some things never change" en el Planetario de París y elaboró esta crónica con su habitual sentido del humor...

El día anterior a la rueda de prensa con los periodistas de toda Europa, algunos de nosotros (los cabrones con más suerte) fuimos invitados al Planetario de París para encontrarnos con los miembros de Supertramp, escuchar algo de su nuevo disco y beber todo el champán que fuera posible...
 
Diez años después de Free As A Bird, Supertramp ha grabado un nuevo álbum, Some Things Never Change. Será publicado oficialmente en todo el mundo el 24 de Marzo y será el primer disco del grupo con EMI. Fue el entusiasmo de Georges Ohayon, directivo de EMI Francia, lo que empezó a forjar el proyecto. Ohayon, un gran fan de Supertramp de toda la vida, habló con Rick Davies y le convenció para grabar un nuevo álbum bajo el nombre de Supertramp y no como artista en solitario.
 
Para dar a conocer al mundo a su nuevo fichaje, EMI invitó a la prensa internacional en París el 3 y el 4 de Marzo a que fuese testigo de aquella revelación. ¡Y allí estuvimos!
 
Yo ya había asistido a unas cuantas presentaciones ante la prensa. En serio, aunque no las recuerde todas. En los “buenos viejos tiempos”, años 70 y principios de los 80, las compañías de discos sabían bien cómo despilfarrar su dinero con champán, canapés y bolsas repletas de regalos. Así que cuando llegó la invitación para la presentación de un supergrupo de los 70, decidí que no podía perdérmela.
 
Nos habían dicho que la banda no actuaría, pero que nos dejarían escuchar el álbum. Varias chicas espectaculares vestidas de blanco nos guiaron a través de maquetas de cohetes (un buen escenario para un “lanzamiento”) y nos ayudaron a encontrar nuestros asientos dentro del Planetario.

Nos presentaron al productor del nuevo disco, Jack Douglas, un tipo conocido por su trabajo con Aerosmith, Alice Cooper, Montrose, Cheap Trick, Patti Smith, etc. Esta es la primera vez que produce a Supertramp, lo que promete un retorno al sonido original del grupo.

Las luces se apagaron y la portada del nuevo álbum fue proyectada en el techo que nos cubría. Nos dieron la letra de las cinco canciones (de un total de doce) que íbamos a escuchar. ¡Algo muy útil teniendo en cuenta que estábamos a oscuras!
 
Después vino la sesión fotográfica. Un momento para dejar a los fotógrafos y los cámaras hacer su trabajo antes de que Georges Ohayon cogiese el micrófono. Dio la bienvenida al personal de la discográfica y a los periodistas allí reunidos y le regaló a cada miembro de la banda un disco de oro por la venta anticipada de más de cien mil discos en Francia. ¡Y se llegó a esa cifra en sólo diez días! Después, los distintos componentes de Supertramp se mezclaron con nosotros.
 
Rick Davies fue el centro de atención. Todo el mundo quería hablar con él, pero él se aseguró de tener una breve charla con cada uno.
 
RICK: ¡Hola!
 
¿Dije “breve”? ¡Tal vez exageré un poco! En momentos como este es necesario que el personal de la discográfica encargado de las relaciones con la prensa esté presente y se asegure de que los miembros del grupo hagan su trabajo. Pero si estaban por allí, yo no les vi.
 
A quien sí vi fue al batería, Bob Siebenberg, paseando de aquí para allá. Me acerqué para charlar con él (aunque él insistiera en presentarme a su hija), pero a los pocos minutos fui apartado por un equipo de televisión ansioso de conseguir a alguien (a quien fuera) para una entrevista, sin preocuparse de mí ni de la hija de Bob, que también fue apartada.
 
No, no la entrevisté, pero me enteré de que la pasión de su padre es el béisbol. Incluso es el entrenador de un equipo y tenía que volar rápidamente de regreso a Estados Unidos ya que se estaba disputando un torneo importante. Por suerte para su hija, habían visitado el Louvre por la mañana, pues su hotel estaba justo enfrente del museo. “A nivel cultural, hay una gran diferencia entre América y Europa”, dijo. Sí, le gusta la misma música que a su padre: Procol Harum, Traffic y, por supuesto, Supertramp.
 
“¡Un momento! Déjame comprobar una cosa... ¿Hay algo raro en el champán?” Vi otra copa y decidí ir a por ella. Tuve suerte, pues segundos más tarde me encontraba solo. Yo solo, sin nadie que me contase su vida ni una ruta turística por París.
 
Ya era hora de encontrar a alguien con quien hablar. Algo más raro todavía: Mark Hart estaba con su esposa y su bebé recién nacido. Yo creía que esto era una presentación para la prensa... Evidentemente, estaba equivocado. Era como si estuviésemos viendo fragmentos de la vida hogareña de las estrellas.
 
John Helliwell estaba rodeado de montones de fans a los que les firmaba autógrafos. Parecía como si yo me hubiera colado en una reunión familiar privada. Sólo faltaban las temidas diapositivas de las vacaciones... “¿Esos son mis pies durante el concierto de Rio de Janeiro?”... Fans... ¿Qué coño estaban haciendo los fans allí?
 
Rick se mantenía a distancia. De repente pensé en Hitler, metido en un bunker, planeando la conquista del mundo y del universo... Sentí un escalofrío. Por un momento parecía que todos formábamos parte de la portada de un disco de Hipgnosis.
 
Cliff Hugo, el bajista, se encontraba cerca. Había estado tres semanas de “gira a pequeña escala”, tocando en clubes por toda Europa, con el guitarrista Carl Verheyen. Su novia le puso un bombón en la boca.
 
CLIFF: Soy amigo de Rick desde hace unos cuantos años, ¡incluso soy su pareja de tenis!
 
Se trata de un conocido músico de sesiones, que ha llegado a tocar en la banda de Ray Charles, ¿y me habla de tenis? Allá va otro bombón...
 
CLIFF: Cuando me pidieron que me incorporase a Supertramp me emocioné, pero escuché todos sus discos para ver cómo sonaban y debo confesar que Free As A Bird no me gustó nada. Tampoco Cannonball (del álbum Brother Where You Bound) es una canción demasiado buena porque carece del espíritu de Supertramp. ¡Ese espíritu ha regresado con este nuevo álbum!
 
Otro bombón que desaparece... ¿Qué pasará con el siguiente?
 
CLIFF: Ahora volvemos a Estados Unidos para ensayar durante dos semanas, después grabaremos un programa de televisión en Viena y ensayaremos una semana más antes de empezar la gira a finales de Abril.
 
Y otro bombón más.
 
CLIFF: Evidentemente, los conciertos contendrán muchas canciones nuevas pero también una buena selección de temas antiguos, porque eso es lo que le gusta a la gente. Esa es una de las principales razones por las que Supertramp ha vuelto a reunirse.
 
¡El disco de Grandes Exitos publicado el año pasado ha vendido más de siete millones de copias sólo en Europa, lo que demuestra su popularidad!
 
CARL: Recuerdo la última vez que tocamos en París... Dimos seis conciertos, cada uno ante veintidós mil personas, y se agotaron todas las entradas. Después dimos algunos conciertos más por todo el país antes de volver a París para actuar en la televisión. Habían organizado tres conciertos más y se habían vuelto a agotar todas las entradas. ¡Francia se vuelve loca por Supertramp!
 
Nos quedamos sin bombones, pero sucedió algo que rompió aquella armonía. Me topé con Jack Douglas, posiblemente la persona más interesante de las que había allí, pero no hablamos mucho de Supertramp. Nos ocupamos de Phil Spector...
 
JACK: Todas esas historias raras que contaban sobre él eran ciertas. Desde la vez en la que entró al estudio con un arma hasta la vez en la que robó las cintas maestras y desapareció. Esas historias parecen falsas cuando las cuenta la prensa, pero todas son auténticas... ¡Era un tipo muy raro!
 
Y de John Lennon y Yoko Ono durante las grabaciones del álbum Double Fantasy...
 
JACK: Yoko se pasaba todo el día en el estudio. Sobre las siete de la tarde llegaba John, hablaba un poco con Yoko y la echaba de allí. Después afinaba su guitarra, se ponía a trabajar durante toda la noche y se marchaba por la mañana. Yo conseguía dormir un par de horas antes de que Yoko volviese a aparecer y nos pusiéramos a trabajar en sus canciones. ¡Por eso el álbum tiene una cara de John y una cara de Yoko!
 
Y eso fue todo. Un montaje surrealista para una ocasión surrealista. Si Rick Davies se hubiese mostrado disponible... Si los miembros del grupo se hubiesen dejado a sus familias en el hotel... Si se hubiese reunido el “verdadero” Supertramp... Tal vez entonces, sólo tal vez, aquello habría parecido una presentación ante la prensa...