Entrevista realizada por Nicoles Houle y publicada en el diario canadiense "Le Soleil", con motivo de la actuación de Roger Hodgson en Quebec City.

 

Todo el mundo conoce a Roger Hodgson, aunque no sepa quién es. Fue el autor de canciones como “Dreamer”, “Give a little bit” y “The logical song” durante la época dorada de Supertramp. También a él pertenece esa voz aguda tan característica.

Hodgson, que actuará en el Gran Teatro de Quebec el próximo 6 de Mayo acompañado por su saxofonista, llega a la ciudad con la firme intención de “dar un poco de su amor al público”, como le gusta decir. Hemos mantenido una conversación con este veterano y singular músico.


PREGUNTA: En los últimos años has salido mucho de gira... ¿Crees que ya eres reconocido como la voz y la fuerza creativa de Supertramp, algo así como Roger Waters en Pink Floyd, que consiguió ser reconocido después de varios años de carrera en solitario?

ROGER: Tras dejar Supertramp grabé algunos discos, pero no llegué a salir de gira, así que la gente no podía saber hasta qué punto yo estaba implicado en la banda. Y después de haberme pasado 17 años lejos de los escenarios, tenía mucho trabajo por delante para que el público supiese quién era yo. Ahora todo el mundo sabe que, cuando vienen a uno de mis conciertos, van a tener una buena dosis de Supertramp porque yo formé parte del grupo durante mucho tiempo y un buen número de sus éxitos son míos.

PREGUNTA: Existe una leyenda que dice que un millonario ayudó a crear Supertramp en 1970, algo que es la envidia de cualquier banda desconocida… ¿Es cierta esa leyenda?

ROGER: Hubo un millonario suizo que era amigo de Rick y fue nuestro representante en los inicios del grupo. Tenía un gran corazón, pero era muy excéntrico y no tenía ni idea sobre el mundo de la música. Sin embargo, nos ayudó a conseguir el equipo y a firmar un contrato discográfico antes de que pudiéramos salir adelante sin él. Esa ayuda puede parecer el mejor de los sueños para un grupo joven, pero no es oro todo lo que reluce. Eso sí, nos dio un empujón importante, pues en caso contrario no sé si habríamos sido capaces de arrancar.

PREGUNTA: Dices que tienes una buena relación con Rick Davies, el otro líder de Supertramp... ¿Sueñas con una reunión del grupo?

ROGER: Siempre he estado abierto a esa reunión. Muchos fans me preguntan cuándo vamos a reunirnos, porque Rick y yo éramos los miembros fundadores y algo así como el yin y el yang de la banda. Sí, me gustaría volver a trabajar con Rick antes de que ambos nos jubilemos.

PREGUNTA: ¿Qué te parece que Supertramp haya grabado varios discos sin ti?

ROGER: Se trata de una música muy diferente a la que hacíamos cuando yo formaba parte del grupo. En realidad, es la música de Rick. Esos discos pueden dar una idea de lo que yo aportaba a Supertramp y a las canciones de Rick, porque yo siempre intentaba ayudarle a sacar lo mejor de sí mismo. Creo que con mi ausencia su música se resintió un poco, pues no veo que sus nuevas canciones tengan la misma calidad que en la época en que yo dirigía el grupo. Pero cuando me marché, él quería seguir adelante con Supertramp, así que yo le dije: “de acuerdo, quédate con el nombre del grupo y que tengas buena suerte”.

PREGUNTA: En 1987, poco después de la publicación del álbum “Hai hai”, tuviste un accidente en el que te rompiste las dos muñecas... ¿Te obligó esto a cambiar tu forma de tocar el piano o la guitarra?

ROGER: No. La única consecuencia de aquel accidente es que estuve un año sin poder tocar ningún instrumento. Ahora mis muñecas se encuentran perfectamente, algo que conseguí con mucho esfuerzo. Cuando los médicos me dijeron que no volvería a tocar jamás y yo no sabía cómo iban a estar mis muñecas cuando me quitasen las escayolas, mi vida cambió por completo. Pero cambió a mejor, porque me llevó a recorrer un viaje por mi interior a través del cual conseguí encontrarme paz conmigo mismo.

PREGUNTA: ¿Son todos esos acontecimientos los que explican que tardases tanto tiempo en volver a los escenarios?

ROGER: Una vida está formada por diferentes ciclos. En 1983, yo me di cuenta de que debía dejar la música a un lado para ejercer de padre de familia. No quería lamentarme más adelante por haberme perdido el crecimiento de mis hijos sin estar junto a ellos. Sabía que no podía dedicarme por completo a ser un buen padre y a la vez ocuparme de Supertramp.

PREGUNTA: Has sido un compositor muy prolífico y, además de tus grandes éxitos, también tienes otros temas increíbles como “If everyone was listening”, “The meaning” o “Two of us”… ¿Qué piensas actualmente sobre esas viejas canciones?

ROGER: Adoro esos temas. ¡De hecho, soy un gran fan de mí mismo! (RISAS) Esas canciones surgieron en una época de mi vida en la que me encontraba muy inspirado. Fluían a través de mí como si yo fuese una especie de intermediario, más que el autor de las mismas. Hay pintores que dicen que los cuadros no los han pintado ellos, sino que lo ha hecho el pincel. Conmigo pasaba algo parecido: la música fluía desde un lugar muy profundo de mí sin que yo intentase crear nada.

PREGUNTA: ¿Cómo no vas a adorar el pasado si sigues tocando todas esas canciones antiguas y tu disco más reciente, “Open the door”, data del año 2000?

ROGER: En mis conciertos intento encontrar un equilibrio. Creo que no sería bueno tocar un 75% de canciones nuevas y sólo un 25% de canciones que el público conoce. Yo intento ofrecerle a la gente la música que ellos quieren escuchar y les hace sentir bien. Y esas canciones me gustan tanto que tocarlas no me supone ningún esfuerzo. No veo mis conciertos como un ejercicio de nostalgia, sino como una forma de transportar a la gente hasta momentos felices de su vida. Lo cual es una gran suerte, porque corren tiempos difíciles.