Entrevista de John Law para el diario canadiense "The Standard", realizada con motivo de la actuación de Roger en Niagara Falls en la Fiesta de Nochevieja de 2008.

 

Si colocases al cantante de Supertramp, Roger Hodgson, delante de un público canadiense, le harías sentirse como en casa. Después de todo, fue Canadá el lugar donde Supertramp encontró a sus seguidores más devotos a principios de los años 70, cuando esta banda británica de rock progresivo empezó a triunfar.

Después de ser financiados nada menos que por un millonario holandés y de publicar dos primeros discos fallidos, Hodgson y el otro miembro fundador del grupo, Rick Davies, se dieron cuenta de que el futuro estaba en la música pop. Genesis y Yes tomaron buena nota de ello.

Con el album “Crime of the century”, todo un clásico, Supertramp se convirtió en una de las bandas más grandes de la década, rematándola con dieciocho millones de copias vendidas (y subiendo) del disco “Breakfast in America” de 1979.

Hodgson dejó el grupo en 1983, y pareció quedar apartado de la circulación en 1987 después de romperse las dos muñecas tras caerse de una litera. Tardó diez años en volver a los escenarios, pero desde entonces no ha dejado de ofrecernos el legado de Supertramp.

Antes de ofrecer un concierto de Nochevieja en el Queen Victoria Park de Niagara Falls junto a Kim Mitchell y Justin Hines, Hodgson dedicó un poquito de su tiempo a contestar algunas de nuestras preguntas…


PREGUNTA: Antes que nada, ¿cómo están tus muñecas? ¿Tienes alguna secuela de esa caída que sufriste hace veintiún años?

ROGER: Me congratula poder decir que no me queda ninguna secuela física de esa caída y mis muñecas se encuentran mejor que nunca.

PREGUNTA: Canadá siempre ha sido un gran mercado para ti. ¿Qué es lo que tiene este país que va tan bien contigo?

ROGER: En Canadá siempre me he sentido como en casa. Aquí es donde Supertramp empezó a triunfar en Norteamérica en los 70, y desde entonces hubo una especie de romance con nosotros. Me encanta sentirme bienvenido aquí y sentir cómo se renueva ese afecto por mis canciones, que parecen haber sido la banda sonora de las vidas de muchos canadienses. Recuerdo que una vez me dijeron que uno de cada veinte canadienses habían comprado los discos “Crime of the century” y “Breakfast in America”. Y recientemente mi DVD “Take the long way home” alcanzó la categoría de disco doble de platino en Canadá en pocos meses, lo cual me resulta muy emotivo.

PREGUNTA: Supertramp parecía encontrarse al borde del abismo cuando preparasteis “Crime of the century”. ¿Cómo fue el ambiente durante las grabaciones de ese disco?

ROGER: En realidad, fue una época excitante para nosotros. Poco antes Rick y yo habíamos considerado la posibilidad de darnos por vencidos y separar nuestros caminos, pero decidimos intentarlo una vez más. Así que buscamos nuevos músicos y encontramos primero a Dougie Thomson y luego a John Helliwell y Bob Siebenberg, y nos dimos cuenta de que aquella era la banda que habíamos estado intentando reunir durante tantos años. La compañía de discos escuchó algunas maquetas de las canciones que teníamos, vio su potencial y nos alojó tres meses en una granja campestre para componer, ensayar y conocernos mejor. Allí fue donde se gestó “Crime of the century”. Después estuvimos cinco meses en el estudio con Ken Scott, todo un maestro, y por primera vez descubrimos las posibilidades artísticas que te ofrecía un estudio.

PREGUNTA: ¿Cómo afectó vender millones de discos a vuestra vida, tanto dentro como fuera de la banda?

ROGER: Aunque tuvimos suerte de que nuestro éxito fuese gradual, lo que ocurrió con “Breakfast in America” fue excesivo. El disco fue número 1 en todo el mundo durante casi medio año e incluso sigue vendiéndose bien tres décadas después. Creo que a todos nos afectó de forma distinta conseguir la fama y el éxito. Siempre digo que es algo complicado, no tiene nada que ver con la imagen de glamour que el público puede tener. En mi caso, tuve que aprender muchas lecciones y vivir muchas experiencias para recuperar mi forma de ver la vida. Puedo dar gracias de que siempre tuve ganas de conocer a Dios, conocer el amor, y ponerme a su servicio. Lo más importante que aprendí de la fama y el éxito es que no son la llave de la felicidad. De hecho, casi siempre son todo lo contrario. Sin embargo, pienso que cuanto más te da la vida, más tienes que dar tú, y es entonces cuando encuentras tu verdadera recompensa.

PREGUNTA: Es increíble lo bien que sigue sonando “Breakfast in America”. ¿Sabíais que estabais haciendo algo muy especial mientras grababais el álbum?

ROGER: Yo siempre pensé que “Breakfast in America” iba a triunfar. Me pasé varias semanas buscando entre mi catálogo de canciones, intentando dar con las que mejor combinasen con las que Rick había escrito por entonces, para crear el mejor disco posible y la mejor secuencia de escucha, y sabía que las canciones que habíamos elegido tenían mucha fuerza. Estaba convencido de que “The logical song” era muy especial, y además escribí “Take the long way home” justo antes de empezar las grabaciones. Había compuesto la canción “Breakfast in America” más de diez años antes, pero hasta entonces no me parecía que encajase en ningún álbum anterior. Y Rick acababa de escribir “Goodbye stranger”, que parecía quedar muy bien en un disco de canciones con tanta fuerza. Luego estuve ocho meses produciendo el álbum en el estudio, sin descanso, quedándome todos los días hasta muy tarde, mucho después de que los demás ya se hubiesen ido a casa. Acabé durmiendo en mi caravana, dentro del aparcamiento del estudio, sin tomarme un respiro hasta que me pareció que todo estaba correcto. Date cuenta de que todavía no había llegado la época de las mezclas por ordenador.

PREGUNTA: Muchas grandes bandas de los 70 tuvieron un gran bajón en los 80. ¿Cuándo te diste cuenta de que era el momento de dejar el grupo?

ROGER: Llevaba catorce años con Supertramp, y había sido una aventura increíble, pero yo pensaba que en la vida de cada persona hay distintas etapas, y en 1983 llegué a la conclusión de que esa etapa de mi vida ya había acabado y había otra que tiraba muy fuerte de mi corazón. Tenía dos hijos pequeños y me di cuenta de que durante la siguiente fase de mi vida debía dar prioridad a mi familia. En caso contrario, me habría perdido los años más hermosos del crecimiento de mis hijos. Así que dejé Los Angeles y el negocio de la música, me fui a vivir a las montañas del Norte de California y creé un hogar saludable para mi familia. Abandoné el grupo, dejé de hacer giras y cambié mi vida. Todavía hoy creo que tomé la decisión correcta. Fue una decisión difícil, pero la más adecuada.

PREGUNTA: Cada vez que una gran banda se separa, los fans esperan una inevitable reunión. ¿Habéis considerado esa posibilidad alguna vez Rick Davies y tú?

ROGER: En 2005 le pregunté a Rick si quería hacer una gira conmigo, pero él y su mujer, Sue, que también es su representante, no se mostraron interesados. Así que seguí adelante y me lo he pasado muy bien tocando mis canciones por todo el mundo. A los fans les encanta oir la voz original, y como yo escribí la mayoría de los éxitos de Supertramp, los fans escuchan las canciones que quieren escuchar. Pero tal vez pueda ocurrir algo entre Rick y yo en el año 2010. Yo nunca voy a decir que no.

PREGUNTA: Después de tu caída, no pudiste volver a tocar en varios años. ¿Cómo viviste ese período?

ROGER: El accidente ocurrió la semana que se publicaba mi segundo álbum en solitario, “Hai hai”. Mi vida sufrió un gran cambio. Me costó mucha fe, mucha disciplina y mucho trabajo superar aquel período y conseguir que mis muñecas volviesen a funcionar.

PREGUNTA: Publicaste tu último disco hace ocho años. En este momento, ¿ves grabar algo nuevo como una prioridad o eres feliz simplemente interpretando tus clásicos?

ROGER: Tengo muchas canciones sin publicar, y de vez en cuando me divierto tocando alguna de ellas en mis conciertos. Es posible que en algún momento encuentre el tiempo suficiente para grabar un nuevo disco, pero estuve más de quince años sin salir de gira y me apetece tocar para mi público. Tengo una colección de canciones que han superado muy bien la prueba del tiempo, y han sido muy importantes para muchas personas. Y ahora disfruto de esas canciones y las aprecio más que cuando las escribí. ¿A quién no le gustaría interpretar “Breakfast in America”, “Give a little bit”, “Take the long way home”, “The logical song” o “Fool’s overture”?

PREGUNTA: ¿Qué harías en Nochevieja si no actuases en Niagara Falls?

ROGER: Pasaría una noche tranquila en casa junto a mis amigos y mi familia.