Entrevista realizada por John "Bo Bo" Bollenberg para la web musical "Progressive World" durante la promoción de "Open the door" en Bélgica.

Es un día soleado en Bruselas. “It's not raining again” sería "la canción lógica". Hay algunos hombres de negocios discutiendo sobre política en el bar del prestigioso hotel SAS. Sentado en una esquina se encuentra el hombre responsable de temas clásicos de todas las épocas como “Dreamer”, “Take the long way home”, “Give a little bit”, “Breakfast in America” y “School”, por nombrar algunos.
 
Junto a Rick Davies, Roger Hodgson fue durante mucho tiempo el compositor de la mundialmente famosa banda Supertramp. Estos Lennon y McCartney del rock progresivo se separaron tristemente después de haber vendido más de cincuenta millones de discos.
 
Hodgson, que cumplió 50 años en Marzo de 2000, ahora reside en las montañas de Nevada, donde la inmensidad de la naturaleza le inspira para componer nuevo material. Se rumorea que tiene cerca de cien canciones esperando ser publicadas. Ahora diez de ellas han encontrado la salida en el álbum “Open the door”, publicado por Sony Francia.
 
Ya que soy el último periodista de una agitada tarde promocional y Roger ha prometido ofrecer a un puñado de amigos y algunos representantes de la prensa un pequeño e íntimo concierto acústico a última hora de la tarde, me espero a lanzar mi primera pregunta mientras el amable Hodgson mastica algo de fruta con nata. Los minutos pasan y levamos anclas.
 
 
PREGUNTA: Los que conozcan la historia del que fue icono de Supertramp sabrán que ya editó un single en 1969. “Mr. Boyd” fue publicado bajo el nombre de Argosy, con Reginald Dwight a los teclados. Un par de semanas más tarde, Reginald cambió su nombre por el de Elton John, y el resto es historia. Lo más extraño es que si repasas la historia de Elton, te encuentras el nombre de Reg Dwight y también el de Bluesology, pero no el de Argosy.
 
ROGER: Eso es porque la prensa ha mencionado el hecho de que Argosy fue una banda, cuando en realidad no lo fue. Lo que sucedió es que yo tenía un contrato para publicar un single, y cuando empezamos a grabar “Mr. Boyd” trajeron a alguien para los teclados. Ese alguien era Reginald Dwight, que todavía era músico de sesiones. No recuerdo haber hablado con él. Llegó, toco su parte y se marchó. Por lo que a mí respecta, yo quería que Argosy fuera un grupo, pero el editor no accedió.
 
PREGUNTA: ¿Qué esperabas de Argosy y cómo conseguiste ese contrato para grabar?
 
ROGER: Yo tenía entonces 17 años, así que para mí fue una gran experiencia. Era la primera vez que me metía en un estudio, así que fue una gran aventura para mí. Lo que sucedió es que yo vivía cerca de donde se encontraba Traffic, el grupo en el que estaba Steve Winwood. Me hice amigo de uno de los técnicos que trabajaban con Traffic y él llevó una cinta mía a Island Music en Londres. Su filial Blue Mountain Music oyó la cinta, se interesó por algunas canciones y me firmó dos singles. De hecho, estaba grabando el segundo de ellos cuando conocí a Rick Davies. Ese single nunca fue publicado, ya que Sam, que entonces era el representante de Supertramp, compró mi contrato con Blue Mountain Music por unas mil libras. Así que el single se encuentra acumulando polvo en mi ático. ¡Nunca será publicado y nunca lo pondré como MP3 en mi página web!
 
PREGUNTA: Poco tiempo después compusiste “Dreamer”. ¿Difiere mucho tu maqueta inicial de la grabación definitiva con Supertramp?
 
ROGER: No, ya que intentamos duplicarla todo lo que pudimos. Incluso creo que pusimos la maqueta en dos pistas e intentamos duplicarla todo lo posible. Yo tenía un mezclador con el que solíamos ir de gira por entonces. Me lo llevé a casa y lo monté en alguna parte de la sala. No tenía batería, y los sintetizadores aún no existían, así que golpeé algunas cajas para crear las partes de percusión. Grabé toda la canción en una cinta con una grabadora de dos pistas.
 
PREGUNTA: Si comparas ese período de tu vida con las posibilidades técnicas de hoy en día, ¿crees como músico que es una ventaja trabajar ahora respecto a hace treinta años? Desde un punto de vista artístico, ¿es tan fácil pulsar un botón y hacer que suene un bucle durante horas?
 
ROGER: Me encanta la nueva tecnología, de verdad. Este álbum, “Open the door”, ha sido creado por completo en mi ordenador. Me pongo a cortar y pegar como loco. Incluso algunos solos son el resultado de cortar y pegar las mejores partes de diez tomas diferentes. Así que para mí esta es una herramienta increíblemente creativa. No he llegado hasta el punto de pedir a gente del otro lado del planeta que toquen sus solos en su estudio y después me los envíen por Internet, pero en futuros proyectos podría hacerlo.
 
PREGUNTA: Escuchando “Open the door” uno tiene que admitir que suena más a Supertramp que el propio “Some things never change”. Comparado con “In the eye of the storm”, “Rites of passage” y sobre todo “Hai hai”, el nuevo álbum es mucho mejor, una vuelta a tus raíces...
 
ROGER: Todos esos discos se hicieron en varias épocas de mi vida. En “In the eye of the storm”, yo estaba fresco tras dejar Supertramp, y también conmocionado. Pensé que tenía que demostrar algo y, como no tenía ningún músico a quien llamar, hice todo yo solo. Todavía me gustan muchas partes de ese álbum. “Hai hai” llegó en una época en la que yo estaba muy confuso y desconectado de la industria de la música y de las giras, así que empecé a perder confianza y a escuchar los consejos de todo el mundo. Caí en la trampa de intentar grabar un éxito porque llevaba cuatro años apartado del negocio y tenía que asegurarme de que todo el mundo notara que había vuelto. Así que mi compañía de discos y mi representante, y en cierto modo yo también, pensamos que hacía falta por lo menos un single de éxito. Hacía siete años desde “Breakfast in America” y el público todavía estaba ahí, así que intenté componer un éxito, pero al parecer lo intenté mal. Fue un álbum muy caro de hacer, utilicé muchos músicos de sesiones de Los Angeles con personalidades muy fuertes, y en cierto modo Roger Hodgson quedó oculto bajo todas esas personalidades. ¡Al final ni siquiera me gustó mi propio álbum! Tienes razón si sugieres que debería haber llamado al disco “Hush hush” (“Cállate, cállate”). Una semana después de publicarlo tuve el accidente en el que me rompí las dos muñecas. Todos los que me apoyaban tuvieron que dejar de hacerlo porque yo no funcionaba, así que me quedé a solas con mi familia durante dos años. Después, cuando volví a componer música, estaba totalmente desconectado del negocio. No tenía un contrato para grabar, no tenía un representante, no tenía una banda, no tenía unos técnicos, no tenía nada. No te das cuenta de eso de la noche a la mañana, sobre todo si vives alejado del núcleo de la música, y como yo vivo en las montañas de Nevada las cosas no eran fáciles. Ha sido muy difícil para mí volver a encontrar un camino que seguir.
 
PREGUNTA: Aunque no es asunto mío preguntar por tus cuentas bancarias, me imagino que no tienes problemas económicos después de haber vendido cincuenta millones de discos. Quiero decir que no necesitas publicar un nuevo álbum ni viajar por todo el mundo para promocionarte otra vez. La única razón que veo para que vuelvas a hacer esto es puramente artística, que quieras seguir creando nuevas canciones para que las escuche la gente...
 
ROGER: La aparición del Compact Disc nos ha dado vida porque toda la discografía de Supertramp ha empezado a venderse de nuevo. Sí, a través de los royalties he podido tomarme algún tiempo de descanso, pero no me encuentro en una posición en la que no tenga que volver a trabajar el resto de mi vida. Aunque esa no es la razón principal para publicar este nuevo disco.
 
PREGUNTA: ¿Cuál dirías que ha sido siempre la característica principal de la música de Supertramp? ¿Cuál fue vuestra fórmula?
 
ROGER: Sobre todo las canciones acompañadas de la riqueza de texturas instrumentales como el saxofón, y los diferentes estilos que combinamos. El órgano, los solos de guitarra aquí y allí... Supertramp siempre ha sido rico en "colores" musicales, sobre todo gracias a los dos estilos musicales tan diferentes, porque Rick tiene un estilo componiendo totalmente distinto al mío. Cada uno se complementa con el otro. Lo que perdura son las canciones, las letras.
 
PREGUNTA: Rick y tú siempre habéis sido catalogados como los Lennon/McCartney de vuestra época, lo cual es una etiqueta maravillosa. Sé por la historia de los Beatles que a veces John escribía una canción él solo pero sin embargo los créditos de esa canción decían Lennon/McCartney, y lo mismo pasaba si Paul componía una canción él solo. ¿Ocurría lo mismo con Rick y contigo?
 
ROGER: Exactamente. De hecho, nunca compusimos juntos, excepto en el primer álbum, "el de la rosa". Desde “Indelibly stamped” en adelante no volvimos a escribir juntos. Si hubiéramos acreditado las canciones según quién las escribía realmente, habríamos acelerado el proceso de separación, con argumentos como "mi single tiene que ser el próximo en salir" o "tú tienes cinco canciones en el nuevo álbum y yo sólo cuatro". Intentamos evitar aquello y por eso todas las canciones eran Hodgson/Davies.
 
PREGUNTA: Ya que las canciones de Supertramp no están restringidas a la duración de tres minutos, ¿son algunas de ellas el resultado de combinar tu creatividad y la de Rick? Es decir, ¿hay alguna canción en la que tú escribieras la primera parte y Rick la segunda, y todo el grupo escribiera un "puente" entre ambas partes?
 
ROGER: Hay una canción, “Just a normal day”, del álbum “Crisis? What crisis?”, donde Rick canta las estrofas y yo canto el estribillo de respuesta a esas estrofas. Generalmente, quien escribía la canción también la cantaba, así que Rick cantaba sus canciones y yo las mías. Sin embargo, nos ayudábamos el uno al otro a la hora de hacer los arreglos. Rick aportaba algunas ideas a mis canciones y yo ponía melodías y armonías en algunas de las suyas. Funcionaba muy bien.
 
PREGUNTA: ¿Sientes alguna amargura después de lo que pasó? Sobre todo después de “Open the door”, que en realidad es un álbum de Supertramp en todos los aspectos, pero en el que no puedes utilizar el nombre de Supertramp...
 
ROGER: No siento amargura. Yo me hice la cama y yo tengo que acostarme en ella. Evidentemente, sería bonito poder utilizar el nombre de Supertramp, pues eso significaría no tener que trabajar tanto para promocionar de nuevo mi carrera a estas alturas. Lo preferiría si eso me diera más tiempo para componer en vez de salir de gira para promocionarme.
 
PREGUNTA: ¿Todavía sigues lo que hace Supertramp? ¿Todavía escuchas su música?
 
ROGER: Sí, lo hago. Aunque ya no es la música de Supertramp, es la música de Rick. Para la gente todavía es Supertramp, pero lo que oyes es la música de Rick. El puede utilizar el nombre de Supertramp porque yo fui tan estúpido que se lo regalé. Cuando me marché, le dejé el nombre a los otros cuatro miembros del grupo, pero cuando se separaron en 1988 Rick lo heredó. Ese fue el acuerdo interno que hicimos. ¿Que fui un poco estúpido? Tal vez, pero lo que pasa ahora es lo que yo esperaba: la gente todavía quiere oir mi voz y mis canciones. Incluso veinte años después, la gente todavía quiere oir la música de entonces. Rick ha publicado cuatro o cinco discos, y ninguno de ellos ha tenido un gran impacto.
 
PREGUNTA: Cuando Rick Wakeman publicó su álbum “Return to the centre of the Earth”, hablé con Sir Richard Lyttleton, de EMI Classics, y me dijo que Rick había propuesto una orquesta filarmónica de Europa del Este "porque son muy baratas", pero Lyttleton le sugirió la Orquesta Sinfónica de Londres, porque aunque sean muy caros son los mejores y Rick necesitaba lo mejor. ¿Se debe a razones de presupuesto el hecho de que hayas utilizado en “Open the door” a la Orquesta Sinfónica de Praga?
 
ROGER: A decir verdad, lo de utilizar una orquesta en este álbum era algo secundario. Ya que había diferentes estilos en el disco, trajimos a la orquesta al estudio y algunas cosas funcionaban y otras no. Pero no creo que la orquesta tenga un papel importante en el álbum. La Orquesta de Praga es una gran orquesta y es verdad, no es cara. Incluso aunque las orquestas de Los Angeles o de Londres pudieran ser mejores, es más especial para nuestros amigos de Praga participar en un proyecto como el mío. Están más abiertos a las improvisaciones y a las nuevas ideas, mientras que la Orquesta Sinfónica de Los Angeles tiene un carácter más estricto y clásico.
 
PREGUNTA: “The more I look” es una canción del nuevo álbum en la que colabora Trevor Rabin. Sé que Trevor se dirigió a ti hace varios años para hacer algo nuevo, de lo que surgió una colaboración tuya en el disco “Talk” de Yes. ¿Se comentó algo de que pudieras unirte a Yes como nuevo vocalista?
 
ROGER: Creo que Trevor vino a verme porque estaban teniendo problemas con Jon Anderson. Trevor sentía que recaía sobre él toda la responsabilidad musical del grupo, así que estaba buscando un socio que le ayudase en esa época difícil. No recuerdo que me pidiese que me uniera a Yes, algo que en cierto modo habría sido ridículo. Creo que estaba más buscando formar un nuevo grupo conmigo, con Alan White y con Chris Squire. No habría sido “Cinema”, porque el material inicial de “Cinema” fue publicado en el álbum “90125”, ya que poco antes de que se editara el disco Jon Anderson oyó el material y volvió a unirse al grupo.
 
PREGUNTA: Chris Squire ha publicado recientemente “Conspiracy”, un trabajo junto a Billy Sherwood. ¿Encuentras interesante trabajar con gente más joven?
 
ROGER: Creo que coincidí con Billy una vez, pero sí, siempre es interesante compartir la visión de nuestra generación más joven. Mi hijo Andrew me mantiene informado de lo que pasa, porque hay mucho material ahí fuera para estar realmente enterado de lo que ocurre. Si no fuera por Andrew, yo estaría totalmente desactualizado, no sabría nada de lo que hay. No dedico mucho tiempo a escuchar la música de los demás. Ya no tengo "ídolos" de los que comprarme cada nuevo disco. Sin embargo, siempre escucho el último álbum de Genesis, de Pink Floyd, de Sting, de Peter Gabriel... para ver qué están haciendo. Tengo tan poco tiempo que prefiero emplearlo con mi familia haciendo las cosas que me gustan. Debo confesar que me gusta mucho la música de Tom Petty, pero la pongo como música de fondo cuando tengo que trabajar o cuando voy conduciendo. Ya no me siento a relajarme oyendo música, no tengo tiempo para eso. Hay algunas cosas que me gustan, como la música de Beck, Bjork, Radiohead... Pero ya nada es transcendental, y eso es lo único que busco. Peter Gabriel hizo algunas cosas interesantes, pero se quedó sin ideas. Steve Winwood hizo algunas cosas estupendas, pero después se quedó sin ideas. ¿Dónde están las nuevas ideas?
 
 
La mujer de la compañía de discos me pide que termine la entrevista porque Roger tiene que hacer las pruebas de sonido en un café cercano, donde dará un pequeño concierto acústico para algunos miembros de Sony, la prensa y unos cuantos fans que llevan horas esperando en la puerta. Nadia de Sony Bélgica, Antoine de Sony Francia y Roger se van en un taxi, atravesando las concurridas calles de Bruselas, mientras yo me dirijo al lugar caminando. Los atascos consiguen que lleguemos casi al mismo tiempo. El Café Archiduc está situado en el centro de Bruselas y suele ser frecuentado por todos los que tienen un nombre en el mundo de la música.
 
Tomo asiento, Roger hace las pruebas de sonido y comienza con una versión de “Breakfast in America”, ya que está siendo grabado por una televisión local. La pequeña multitud reacciona con entusiasmo. El presentador de radio y batería de Machiorel, Marc Ysaye, llega y se sienta junto a mí. Charlamos sobre el panorama actual y sobre los "fabulosos años 70". Sobre las 7 de la tarde empieza el miniconcierto en el Archiduc.

Dejo a Roger Hodgson, a quien he conocido sólo un par de horas antes, y me siento como si dejara a un gran amigo. Si más "estrellas" fueran como él, el mundo sería un lugar mucho mejor. Antes de marcharme le hago una última pregunta: ¿Qué significa el código morse al principio y al final del disco? “"Open the door"”, dice Roger.