Entrevista de Thomas Jentsch a Roger Hodgson durante su gira europea, aparecida en la revista alemana "Xaver".

Roger Hodgson parece ser un buen ejemplo para una encuesta en una calle peatonal. Si te dirigieses hacia una de esas calles y le preguntases a doscientas personas elegidas al azar si conocen el nombre Charles Roger Pomfret Hodgson, probablemente sólo dos de ellas te dirían que sí.

Si les enseñases una fotografía suya, no conseguirías que nadie más te dijese que sí, pero si les dejaras escuchar algunas de las canciones más famosas que ha escrito, como “Dreamer”, “Give a little bit”, “Take the long way home” o “It’s raining again”, seguramente más del 90% de la gente te diría que las conoce.

Eso se debe a que Roger Hodgson es la voz de Supertramp. Es cierto que dejó la banda en 1983, después de 14 años, para dedicarle más tiempo a su familia y emprender una carrera en solitario, pero muchos fans opinan que sólo en sus conciertos puede respirarse el verdadero espíritu de Supertramp.

Supertramp es una de las bandas más famosas de todos los tiempos. Las grandes ventas de sus discos (60 millones de copias) no dejan lugar a dudas, y todavía hoy es casi imposible que pase un día sin que suene en la radio alguna de sus canciones. A finales de Julio, Hodgson dará un concierto al aire libre junto a su banda en la encantadora atmósfera del castillo de Kapfenburg.

Nuestra entrevista con este simpático artista estuvo a punto de no celebrarse debido a un enorme retraso en su vuelo a Suiza, pero finalmente nos autorizaron a entrevistarle casi a medianoche. A pesar del día tan complicado y del cambio horario que seguramente le estaba afectando, Hodgson se encontraba de buen humor. Fue un agradable y brillante conversador que se mostró relajado y se tomó tu tiempo para pensar antes de responder a cada pregunta.


PREGUNTA: Estás viajando mucho y por tanto te suelen afectar este tipo de problemas, pero lo de hoy probablemente ha sido demasiado especial incluso para ti… ¿Cuál fue la razón de que se produjera ese retraso de seis horas?

ROGER: Sí, así es. Despegamos de Filadelfia y después el avión empezó a volar en círculo, pero no nos decían cuál era el problema. Resulta que una parte del tren de aterrizaje se había atascado, y después de tenernos una hora en el aire nos dijeron que íbamos a regresar a Filadelfia, pero antes teníamos que agotar el combustible. Y así estuvimos tres horas más, volando en círculo sobre Filadelfia, antes de aterrizar entre un montón de coches de bomberos. Finalmente nos consiguieron un avión de repuesto.

PREGUNTA: Conoces el negocio de la música desde hace más de 40 años… ¿Hubo algún momento en tu juventud en el que decidiste apostar por la música en vez de hacer una carrera normal?

ROGER: Nunca me he puesto a pensar en lo que es una carrera normal y lo que es una carrera no normal. Lo que ocurrió es que mi vida cambió para siempre cuando tuve una guitarra entre mis manos a la edad de 12 años. Entonces supe que la música era lo único que quería hacer en mi vida. La música era lo que me hacía encontrarme más a gusto y más relajado, y aquello con lo que me sentía más identificado. ¡Además, era el método perfecto para atraer a las chicas! La música ha sido siempre una amiga maravillosa y con los años se ha vuelto algo cada vez más importante en mi vida espiritual.

PREGUNTA: Así que tomaste esa decisión cuando tenías 12 años…

ROGER: Sí, fue en la época en que mis padres se divorciaron. Cuando yo era pequeño, mi padre solía tocarme canciones ‘folk’ con su guitarra, a la cual jamás me dejaba ponerle la mano encima, aunque yo me moría de ganas por hacerlo. Tras separarse de mi madre, me pasé diez años sin verle. Se dejó la guitarra en casa y yo siempre he pensado que lo hizo para que esa separación me resultase más fácil de superar. Así que me llevé la guitarra al instituto y se convirtió en mi mejor amiga. Un profesor me enseñó tres acordes y, además de practicar mucho, cada vez que tenía un rato libre iba a pedirle que me enseñara más cosas. Muy pronto empecé a componer mis propias canciones, y en menos de un año dí mi primer concierto en el instituto, formado por diez composiciones originales.

PREGUNTA: ¿Y tu madre? ¿Te apoyó en tu amor por la música o prefería que hubieses elegido un tipo de trabajo más convencional?

ROGER: Mi madre siempre creyó en mí y me apoyó en todo. Jamás intentó hacerme cambiar de idea para que me dedicara a hacer algo diferente.

PREGUNTA: Tienes un hijo y una hija, ambos mayores de edad. Me consta que Andrew también se dedica a la música…

ROGER: Efectivamente, él tocó conmigo en el disco “Rites of passage”. Tiene mucho talento, y además de cantar toca la batería, la guitarra y el piano. ¡Su música es muy diferente a la mía, pero yo soy su mayor fan!

PREGUNTA: ¿Y tu hija?

ROGER: Heidi tiene una voz maravillosa. Es peluquera, acaba de convertirse en madre y se ha dedicado a muchas cosas a lo largo de su vida, pero no a la música.

PREGUNTA: Estás dando conciertos en todo el mundo, pero mirando detenidamente tus actuaciones de los últimos años uno se da cuenta de que tienes una relación muy especial con Alemania… ¿A qué se debe?

ROGER: Sí, es verdad, tengo una relación muy fuerte con Alemania a través de mis canciones. Los artistas que dan mucho de sí mismos y de su alma (así veo yo a mis canciones, como partes de mí) parecen llegar hasta los alemanes de una forma especial. Siempre me he sentido muy comprendido en Alemania. Me lo dice gente de todo el mundo, pero hay algo especial con Alemania. ¿Tal vez he estado viviendo en Alemania durante alguna vida anterior?

PREGUNTA: Hace un par de semanas diste un concierto en Beirut. El Líbano es un lugar donde un concierto de un artista de fama internacional no es algo habitual. ¿Fue especialmente importante para ti tocar allí?

ROGER: Ya había tocado allí anteriormente, y me encanta cómo se toma la vida la gente de Beirut. Han atravesado muchas dificultades y todavía las siguen atravesando. Si das un paseo por la ciudad puedes ver edificios dañados por bombas y agujeros de bala en las paredes. Todo ese sufrimiento está muy presente en la ciudad, pero a pesar de ello no han perdido la esperanza y eso me llega muy adentro. Y fue una gran sorpresa para mí que haya tanta gente allí que ama mis canciones. Tal vez tenga algo que ver con el hecho de que mis canciones tratan sobre temas fundamentales, y al escucharlas les sirven de ayuda porque sienten que no están solos con su destino. La música es alimento para el alma, y a menudo la gente me dice que mis canciones les han acompañado en sus épocas difíciles, lo cual significa mucho para mí. Definitivamente, el dinero no es lo más importante, y yo simplemente disfruto con lo que hago. No podremos llevarnos nuestros discos de oro ni nuestras casas cuando nos marchemos al otro mundo.

PREGUNTA: Supongo entonces que no sales de gira por dinero, y que tu principal motivación es tocar en algunos sitios especiales…

ROGER: Sí, supongo que esa es mi forma de “dar un poquito”. Eso es lo que puedo hacer, no voy a cambiar el mundo pero al menos sí puedo llevar un poco de alegría y esperanza a la vida de la gente. Hay muchas personas que viven vidas muy difíciles.

PREGUNTA: ¿Qué sueles hacer antes de cada concierto, tienes algún ritual típico?

ROGER: Intento, siempre que es posible, tomarme una o dos horas para prepararme. Es casi como hacer meditación, procuro abstraerme de todo y vaciar mi mente de lo que está ocurriendo en mi vida. Así puedo sentirme totalmente presente cuando salgo al escenario y puedo ofrecer el máximo de mí mismo. Cuando consigo alcanzar ese estado antes de un concierto, entonces mi voz funciona increíblemente bien. Pero si salgo al escenario arrastrando mis problemas privados, entonces la gente lo nota en mi voz.

PREGUNTA: ¿Puedes darles a nuestros lectores un consejo sobre cómo encontrar un millonario holandés que apoye financieramente el comienzo de sus carreras musicales?

ROGER: (RISAS) Creo que el mayor problema hoy en día es que esos mecenas son cada vez más raros. Y debo añadir que aquella historia no fue tan fantástica como suena. Tuvimos que luchar por nuestra supervivencia, igual que hacían otras bandas, aunque es cierto que al principio tuvimos ese apoyo de un amigo millonario. Nos dio dinero por adelantado para que pudiéramos comprar instrumentos y montar la banda. Al principio él era nuestro representante, pero desgraciadamente ni él ni nosotros teníamos ni idea sobre el negocio de la música, así que fue algo así como si un ciego guiase a otro ciego.

PREGUNTA: James Bond dijo “Nunca digas nunca jamás”… Sé que recientemente te ofreciste a dar un par de conciertos con Supertramp, pero no has recibido ninguna respuesta…

ROGER: Fue algo bastante complicado. En realidad yo no quería seguir esa dirección, pero pensé que esta sería probablemente la última oportunidad para que los fans volvieran a vernos a Rick y a mí juntos sobre un escenario. Por otra parte, durante la gira de Supertramp hubo anuncios que hicieron creer a mucha gente que yo formaba parte de ella. Decidí, por el bien de los fans, olvidarme del pasado y de todo lo que me ha ocurrido con Rick y ofrecerme, siempre que mi propia gira me lo permitiera, a tocar con ellos. Por desgracia, hasta ahora no he obtenido respuesta, así que parece que Rick no desea esa reunión.

PREGUNTA: Ya que hablamos de reuniones, ¿hay alguna banda a la que, como fan, te gustaría ver reunida de nuevo sobre un escenario?

ROGER: No, la verdad es que no. Intento vivir el presente y, aunque soy fan de muchos artistas, a veces cuando un grupo vuelve a reunirse sólo se está haciendo daño a sí mismo ya que las cosas no van a ser tan fantásticas como lo fueron una vez. Una banda es como un matrimonio, y a veces después de un divorcio no es posible recordar ni revivir los buenos tiempos.

PREGUNTA: En 1987 atravesaste un período muy difícil en tu vida. Tuviste un accidente casero y te rompiste las dos muñecas…

ROGER: Sí, todo fue muy dramático. Lo primero que me dijeron los médicos, antes incluso de ponerme las escayolas, fue que jamás podría volver a tocar un instrumento. Sin saber si tenían razón o no, y con mi vida arruinada, al principio tuve que aceptarlo. Fui víctima de una gran depresión, pero cinco o seis meses más tarde me levanté una mañana y decidí que no iba a resignarme. Hice de todo para intentar recuperar mis manos: recé, practiqué mucho, asistí a fisioterapia… Un año después lo conseguí, y hasta el día de hoy mis manos siguen funcionando perfectamente.

PREGUNTA: ¿Qué consejo le darías a un músico joven? ¿Qué es lo más importante para lograr el éxito?

ROGER: Le diría muchas cosas. Para empezar, deberíamos definir qué es el éxito. Ganar mucho dinero o incluso hacerte famoso, para mí no tiene nada que ver con tener éxito. Pero lo más importante es ser sincero contigo mismo y expresar lo que hay en tu corazón. ¡De hecho, creo que la palabra “arte” (“art”) procede de “corazón” (“heart”)! Así que si eres fiel a tu corazón y pones toda esa pasión en tu música, entonces conseguirás llegar hasta el corazón de la gente.