Crónica sobre el concierto de Roger Hodgson en la localidad suiza de Zermatt, publicada en la web oficial del festival "Unplugged".

El festival Zermatt Unplugged tuvo un comienzo impresionante anoche en la mayor carpa de Suiza, situada al pie de la montaña más famosa de los Alpes.

El primer cantante de la larga noche musical abrió la cuarta edición del festival con una frase muy sencilla: “Me llamo Roger Hodgson”, ganándose una calurosa carcajada de la multitudinaria audiencia. Lo cierto es que la voz de Supertramp, que en el mundo de la música es lo mismo que el Monte Cervino en los Alpes, no necesitaba presentación.

Hodgson cantó ‘Give a little bit’ al principio del concierto, y durante más de dos horas dio todo su calor y afecto a los 1.500 presentes en particular y a Suiza en general. “Tenéis un país precioso, felicidades”, gritó con su inimitable voz el británico, que ahora vive en California.

La voz que dejó su impronta en Supertramp fue inmortalizada en discos que se vendieron 60 millones de veces y contenían canciones que anoche sonaron en la carpa con la misma frescura que si hubieran sido compuestas la semana pasada.

Roger Hodgson, de 61 años, sólo necesitaba tocar el primer acorde de una canción para que el público supiera exactamente lo que venía después: ‘Take the long way home’, ‘Dreamer’ o ‘The logical song’, por ejemplo. Y, por supuesto, tampoco podía olvidarse de ‘It’s raining again’ o ‘Breakfast in America’, baladas pop que formaron parte de la juventud de los asistentes de mediana edad.

Esta última, con su frase inicial “Echale un vistazo a mi novia”, probablemente hizo que a todos ellos les hubiese gustado exclamar “Echale un vistazo a este hombre”, tan ágil y elegante como siempre y con la melena hasta el hombro. Un músico virtuoso con los teclados y las cuerdas.

El saxofonista canadiense Aaron MacDonald también puso su granito de arena para hacer de este Supertramp acústico un comienzo del festival excepcionalmente exitoso.