Crónica del noticiero alemán "Freies Wort" sobre el concierto ofrecido por Roger Hodgson en la localidad germana de Merkers.

Roger Hodgson ofreció un emocionante concierto que le colocó entre las estrellas de la música que ya han tocado en el auditorio del mundo que se encuentra a mayor profundidad bajo tierra, el Erlebnis Bergwerk de Merkers.

Desde el principio, Roger Hodgson tuvo una gran conexión con su público. Saludó a los fans con palabras de afecto y les prometió una noche llena de amor y cariño. Después presentó a Aaron MacDonald, su acompañante musical que ya lleva 7 años saliendo de gira con él.

Hace 28 años que Hodgson dejó el grupo Supertramp, del que era su voz. Seguramente aquello fue una catástrofe para Supertramp, pero a nivel personal para él fue una bendición. Desde 2002, Roger Hodgson ha vuelto a salir de gira y recorre todo el mundo.

El mismo explica la razón que le ha llevado a hacerlo. “Estoy empezando a darme cuenta de que mi legado musical se ha convertido en la banda sonora de la vida de mucha gente. Cada noche, desde el escenario, puedo contemplar las sonrisas o las lágrimas en la cara de las personas cuando recuerdan, gracias a las canciones que interpreto, algunos momentos de sus vidas”.

Y así fue. Cuando la primera canción de la noche empezó a sonar, automáticamente sus fans confirmaron esas palabras de Hodgson. Desde ese momento se creó una gran atmósfera y todo el mundo se mostró feliz y contento.

En el transcurso de la velada Hodgson interpretó únicamente aquellas canciones de Supertramp compuestas por él. El repertorio fue una mezcla de dos tipos de canciones: por un lado, las que recordaban desde sus primeras notas el sonido eterno de Supertramp, como ‘Hide in your shell’, y por otro, las de su carrera en solitario.

Entre canción y canción hubo tiempo para que la voz humilde y cariñosa de Hodgson se comunicase con el público y les elogiase con un “¡Bravo!” por su colaboración. Sin importar si tocaba el teclado o el piano Steinway, y acompañado por el virtuoso MacDonald al teclado, el saxo, el clarinete, la armónica o la flauta, podía percibirse su alegría y su pasión por la música.

Un ejemplo de ello fue ‘Along came Mary’. La canción comenzó con la flauta de MacDonald proporcionando un sonido típico de la música ‘folk’ irlandesa, y se alternó con sonidos de clarinete que recordaban a Sting. Sobre ellos, la estremecedora interpretación a la guitarra de Hodgson nos elevó a todos como si estuviésemos sobre una alfombra voladora.

Hubo una gran versión de ‘School’, tema en el que Hodgson lidia con las grandes preguntas de la vida que, según contó, se hacía a sí mismo y les hacía a sus padres durante su infancia y juventud. Hoy en día, a sus 60 años, Hodgson sigue impresionando a todo el mundo con una voz que no ha perdido un ápice de su fuerza y su carisma, sino todo lo contrario.

Otra fantástica interpretación a lo largo de este concierto maravilloso fue ‘Say goodbye’. El sonido del órgano de iglesia en un auditorio hizo que por un momento diese la impresión de que estábamos asistiendo a un servicio religioso en una catedral y resultó ser, probablemente, el pasaje más emotivo de la noche.

Y, por supuesto, otros momentos destacados fueron los homenajes a esos grandes éxitos que todo el mundo esperaba escuchar. ‘Breakfast in America’, ‘Dreamer’, ‘Take the long way home’ o ‘It’s raining again’ eran de obligado cumplimiento, y ambos artistas las interpretaron con una enorme alegría.

El gran final del concierto estuvo acompañado por tremendas ovaciones con todo el público puesto en pie al borde del escenario. Fue una noche inolvidable que, sin duda, permanecerá en la memoria de los artistas y de los espectadores durante mucho tiempo.