Crónica de David Aguilera sobre el concierto ofrecido por Roger Hodgson en Almería durante su gira 2007, aparecida en la web de rock "The Sentinel".

Cuando me enteré que nos visitaba este icono de la música ya despertó mi curiosidad, aunque siempre tuve la incertidumbre de saber si el concierto estaría enfocado a su etapa con Supertramp o se dedicaría más a su etapa en solitario, pero lo que no imaginaba era que cuando se anunciaba a Roger Hodgson con el termino “en solitario” fuese tan literal.

Cuando entré en el auditorio el escenario ya estaba preparado, un teclado en la parte izquierda del escenario (según se mira desde las butacas), un par de guitarras acústicas detrás de éste, un piano negro al fondo y un par de pies de micrófono, uno en el centro y otro en el lado derecho. Todo esto ya te dejaba ver que sería un concierto un tanto especial.

Poco después de las 21:00 sale a escena Roger Hodgson, con camisa blanca y pantalones negros, un breve saludo antes de tomar asiento en el teclado y comenzar él solito con “Take The Long Way Home”. A mitad de la canción sale a escena el único acompañante que tendría el cantante durante el concierto, Aaron McDonald, que se encargaría del saxofón y demás instrumentos de viento. El primer tema ya arrancó los aplausos y la primera ovación del público.

Después de acabar la interpretación se retira de los teclados y coge una de las guitarras acústicas, acción que se repitió a lo largo de todo el concierto, en el que fue cambiando de instrumento casi en cada canción. Es el momento de dirigirse al publico para dar las buenas noches y decirnos lo feliz que estaba de venir por primera vez a Almería mientras iba sacando notas sueltas de su guitarra hasta enlazar con la intro de “Give A Little Bit”, momento en el que la gente responde con aplausos.

Pediros perdón con antelación si cambio el orden de algún tema o si dejo alguno olvidado (que seguro que más de uno se me ha pasado), ya que no fui con la chuletilla. Ya con los primeros temas, y más sobre todo con el comentario que hizo, dejó claro que gran parte del repertorio iban a ser canciones de Supertramp.

A este buen inicio le siguió el primer tema que tocó de su etapa en solitario, “Lovers In The Wind”, al que le siguieron otro par de clásicos de Supertramp, “Hide In Your Shell” y “Sister Moonshine”, tras los que volvió a canciones de su último trabajo en solitario “Open The Door”, “Along Came Mary” y “The More I Look”.

Para finalizar el primer acto nada más que “The Logical Song”, que hizo levantar al público de la silla. Llevaba una hora de concierto y nos dejaba con un descanso de unos 15 ó 20 minutos. Tras la pausa continuó con “The Meaning” y un “Breakfast In America” que volvió a poner las pilas al respetable, para continuar con “Child Of Vision” y “Lord, Is It Mine?” (si no me falla la memoria).

También nos deleitó con una buena versión de “Even In The Quietest Moments”, “Don´t Leave Me Now” y “Easy Does It”, en la que hizo silbar a todo el mundo para acompañarlo con la melodía. Para la recta final dejó “Dreamer” y “It´s Raining Again”, que fueron de las más coreadas por la gente y para mi gusto, las mejores versiones que tocó.

Con eso se retira para poner al público en pie pidiendo los bises. Tras la ovación sale de nuevo a escena para decirnos ¿Una más? “School”???” y ante los gritos de la gente comienza a interpretar el tema con la guitarra mientras que su compañero tomaba las riendas en los teclados. Para mi opinión un poco descafeinada, se echó en falta un poco de batería al menos.

Después se vuelve a perder en el backstage para dejar que lo aclame la gente una vez más y volver a salir a escena. De nuevo a la guitarra nos interpreta “Two Of Us” y para finalizar nos repite “Give A Little Bit”, una lástima, con lo bien que estaba saliendo todo, no lo estropees (por lo menos en mi opinión) repitiendo un tema que ya has tocado y más quedando temas tan buenos como “Crazy” (por decir uno que me quedé con ganas de oír).

Eran las 23:30 y habíamos asistido a dos horas y cuarto de concierto aproximadamente (descontando el intermedio) que en definitiva, había sido muy bueno, apoteósico según los seguidores mas acérrimos que allí se dieron cita. Aunque yo eché en falta algunos músicos más que le echaran una mano con otros instrumentos, sobre todo una batería (es que en este sentido es muy fuerte pasar de ver a Neil Peart con los Rush la semana anterior a esto).

Tengo que repetir que todo (salvo el saxo) se lo guisó él solito y me sorprendió gratamente la actitud del británico, que se mostró muy cercano a la gente, siempre sonriente e intentando hablar muy despacio y claro para que pudiéramos entender todo lo que quería decirnos, incluso utilizó en ciertos momentos a su compañero (que si chapurreaba el castellano) como traductor improvisado.

A la finalización del espectáculo bajó los escalones que separan el escenario de las butacas y sacando un bote de pompas de jabón dedicó unas cuantas a las primeras filas, después volvió al escenario y con la misma sonrisa con la que había salido dos horas y media antes y con agradecimientos a la gente que aún aplaudía en pie se perdió en el backstage.