Crónica firmada por Lynn Saxberg en el diario "The Ottawa Citizen" sobre el concierto ofrecido por Roger Hodgson en la ciudad canadiense.

Dos generaciones distintas de aficionados a la música se congregaron anoche en el Cisco Bluesfest de Ottawa, consiguiendo que su asistencia fuese la más multitudinaria del festival hasta la fecha.
 
Los nacidos en los años 60 vinieron a ver a Roger Hodgson, de Supertramp, mientras que sus retoños se volvieron locos con Metric. En total, los organizadores estimaron una audiencia de unas 28.000 personas.

Por supuesto, la atracción principal de la noche fue Flaming Lips, una banda de rock que se suponía iba a reunir fans de todas las edades gracias a su homenaje a un álbum clásico más que famoso: ‘Dark side of the Moon’ de Pink Floyd.

Pero mucho antes de esa actuación, un alegre Hodgson con el pelo muy largo deleitó a todos los que se encontraban al alcance del escenario Claridge con sus simpáticas bromas y sus canciones familiares.

Su dulce voz resultó notablemente clara, y además estuvo acompañado por una banda de primera categoría. “No es mucho mejor que todo esto”, dijo Hodgson con una sonrisa mientras contemplaba tantas caras felices entre el público.

Armado de una guitarra acústica, el músico de 60 años comenzó su actuación con ‘Take the long way home’ y ‘Give a little bit’, añadiendo una nota personal sobre cómo escribió cada canción.

Hodgson enseguida se sentó al piano para dar vida a canciones como ‘Breakfast in America’, ‘Dreamer’ y ‘Fool’s overture’. En una noche maravillosa, los fans de Supertramp se encontraron en la gloria.