Crónica de Andrew Watt sobre el concierto ofrecido por Roger Hodgson en Melbourne, aparecida en la web musical australiana "Hey Hey My My".


No le faltó corazón a la actuación de Roger Hodgson. Ahí se encontraba el músico y compositor tocando sus canciones sin mayor motivo que no tener otra cosa mejor que hacer. Se presentó como un hombre sencillo y se mostró sinceramente agradecido por el hecho de que la gente hubiese acudido a verle tras una ausencia de 34 años.

Después de haber vendido 60 millones de discos en todo el mundo, podría haberse esperado que mostrase un merecido orgullo respecto a las adulaciones que recibió, pero realmente dio la impresión de estar agradecido y ajustarse a esa combinación de gran talento y buena suerte que le ha llevado hasta este momento de su vida.

Su actuación fue ejemplar. A nivel vocal, parece encontrarse más fuerte y más seguro que cuando era un hombre más joven y grababa discos millonarios en ventas. Su interpretación a la guitarra y a los teclados fue soberbia, y estuvo perfectamente complementada por el joven multi-instrumentista canadiense Aaron MacDonald, que consiguió dar vida a muchos de esos memorables momentos instrumentales de los discos.

El mayor elogio que se puede hacer sería decir que no se echan de menos, en absoluto, los arreglos de una banda al completo. Y puedo decirlo con rotundidad. Por supuesto, eso tiene mucho que ver con la calidad de las canciones. Se trata, sin duda alguna, de grandes composiciones que han soportado doblemente el paso del tiempo y los ataques contra un estandarte musical.

Desde luego, fueron interpretados de maravilla los grandes éxitos (“Take the long way home”, “Give a little bit”, “Dreamer”, “The logical song”, “It’s raining again” y “Breakfast in America”), pero otras canciones menos conocidas como “Along came Mary”, “Lovers in the wind” y un tema inédito que podría llamarse “The awakening” estuvieron igual de bien. De hecho, escuchar la interesante letra de esta última, que habla sobre la tendencia a “reescribir tu historia” una vez que llegas a un determinado punto de tu vida, fue uno de los mejores momentos del concierto.

Roger Hodgson es uno de los grandes talentos mundiales del pop contemporáneo y merece la pena verle actuar, rendirle homenaje y disfrutar al máximo de su clase como persona.