Crónica de Roberto Terne sobre el concierto de Roger Hodgson en Valladolid, publicada en el diario regional "El Norte de Castilla".

No hay muchas ocasiones en las que puede verse entre el público a rostros y a sensaciones tan plenas. Y eso en Valladolid, donde se sigue teniendo fama de público estoico, es todo un puntazo. Roger Hodgson pertenece a ese selecto y cada vez menos numeroso grupo de artistas capaces de convertir el mundo en algo mejor gracias a un puñado de canciones.
 
Llamémoslo talento musical del de otros tiempos, hippismo imperecedero, positivismo musical o cienciología del rock... Sea como sea, el caso es que estar ante Hodgson en directo es experimentar sensaciones parecidas a las que se sienten ante el talento de George Harrison, de Dylan, de Pink Floyd o del mismísimo 'Boss'... Artistas que lograron elevar la conciencia colectiva no solo a través del mensaje sino (importante) a través del sonido y de la composición.
 
Roger Hodgson llegó anoche a San Benito cargado con muy poco equipaje escénico: sus dos guitarras de doce cuerdas, un piano de cola y un teclado. De músico acompañante estuvo el polivalente Aaron McDonald, un talento capaz de sacar rendimiento tanto a los teclados como al saxo y la flauta. Nada de percusiones ni de ataduras rítmicas para una música que precisamente se caracteriza por la fluidez y por la armonía... Quizás de ahí venga todo ese gancho especialmente espiritual con el respetable.
 
Desde el principio del concierto Hodgson estuvo por la labor de satisfacer a un respetable que a pesar de estar en la edad de la exigencia anoche llegó a ciertos éxtasis de juventud. No era para menos ya que el vocalista de Supertramp no se anduvo con rodeos y comenzó a sacar éxitos eternos desde los primeros momentos del show. 'Give a little bit' fue de los primeros en sonar. En pocas ocasiones tres acordes dieron para tanto.
 
Y por otra parte con tan escasa ocupación escénica se puede llegar a aportar tanto a un buen número de fans. Hay que recordar que sobre el escenario de San Benito solo había dos músicos. Sin embargo, hubo atmósferas que parecían surgidas de un puñado más nutrido de músicos. La responsabilidad de esto último hay que dársela también al rasgueo de la Gibson doce cuerdas de Hodgson así como al trabajo de los técnicos con el delay de la voz de Roger Hodgson, sin olvidar el trabajo conjunto del ex-Supertramp con escudero de tablas.
 
Hodgson es de los que también transmite cercanía. No paró de bromear con la barrera del idioma así como con su dificultad para articular la palabra de la noche: Valladolid. Fue en estos primeros momentos del concierto cuando el artista británico explicó su deseo de mostrar al público las canciones que han conformado lo que el denominó su “viaje por la vida”.
 
De esta manera comenzó a interpretar 'Lovers in the wind'. A partir de ahí vendrían momentos clave en la interpretación de 'Hide in your shell' y, especialmente, en la de 'Easy does it', tema en donde Hodgson contó con la ayuda de los silbidos (musicales) del público.
 
El concierto también tuvo su toque magistral ya que explicó cómo y cuándo le vinieron las musas a la hora de escribir 'Breakfast in America' y 'Along came Mary'. De la cadencia y simplicidad talentosa, Hodgson pasó a momentos más elaborados y progresivos con 'Fool’s overture', tema en el cual el músico y su compañero jugaron a mezclar estructuras y sonoridades. Es lo que tiene haber sido una estrella en la primera década adulta del rock.
 
Tras un primer amago de despedida, Roger Hodgson acabó volviendo al escenario en dos ocasiones más. La última de ellas ya con las luces de San Benito encendidas y con el público totalmente entregado y entusiasmado con el evento. Era el momento de tocar 'It’s raining again', canción interpretada a pulmón con todo el público dentro de una de las noches más especiales. De nuevo lo simple se convirtió en lo más efectivo dentro de una noche de verdaderas sensaciones.
 
Y tras el concierto, la vieja moralina del rock de los viejos tiempos: el mundo es mucho mejor con un buen puñado de grandes canciones.