Crónica de Paula McDougall sobre el concierto ofrecido por Roger Hodgson y su banda en el Bluesfest de Byron Bay, publicada en la revista musical australiana "Rhythms".


“¡Dejemos nuestros problemas fuera y divirtámonos un poco!”, dijo Roger Hodgson con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo ver que se encontraba muy feliz en el Bluesfest. Y eso fue exactamente lo que hicieron los fans de Hodgson y Supertramp que se agolparon junto al escenario Crossroads para reavivar algunos recuerdos.

Fue una actuación lograda, profesional y compacta la que ofrecieron Hodgson y su banda, incluyendo un poderoso saxo y unos teclados impecables que reprodujeron esos sonidos tan familiares. Cuando cerrabas los ojos tenías la sensación de que sobre el escenario se encontraba Supertramp.

El público bailó y cantó con temas inolvidables como ‘Take the long way home’, ‘Breakfast in America’, ‘It’s raining again’ y ‘The logical song’. El músico de 63 años es un hombre sumamente humilde, auténtico y amable, y su voz, reconocible al instante, sigue sonando igual de bien que durante la época dorada de Supertramp.

Hodgson se emocionó al contemplar a la audiencia disfrutando con su música. “Son momentos como este los que me hacen sentir que soy el hombre más afortunado del mundo por ganarme la vida así”, dijo Roger. Y yo le creo.

Aunque siempre ha sido difícil clasificar a Supertramp dentro de algún género, y no hay duda de que Hodgson es un compositor y una fuerza creativa excepcional, no parece el candidato ideal para actuar en un festival de blues como este.

La actuación se cerró con la ambiciosa pieza instrumental ‘Fool’s overture’ y una mágica versión de ‘Give a little bit’.