Crónica de Patrick Langston sobre el concierto de Roger Hodgson en la localidad canadiense de Gatineau, publicada en el diario nacional "The Ottawa Citizen".

Rebosante de musicalidad y encanto, Roger Hodgson, cuya voz aguda prácticamente definió en otra época el sonido de la banda de rock británica Supertramp, consiguió un éxito instantáneo como artista principal del festival Gatineau Hot Air Balloon durante su concierto de la noche del viernes.

A sus 61 años, el agradable Hodgson sigue cantando con una voz propia de alguien que tiene la mitad de su edad. De hecho, apenas es diferente (si acaso, en algunas notas altas) de la que tenía aquel muchacho que fundó Supertramp junto a Rick Davies hace cuatro décadas y que ayudó a la banda a vender sesenta millones de discos antes de marcharse en 1983.

Hodgson ya había actuado en Ottawa un par de veces recientemente, mientras que los restantes miembros de Supertramp ofrecieron un concierto en el Scotiabank Place este mismo año.

Desde la inicial ‘Take the long way home’ hasta las raras veces interpretadas ‘Lady’ o ‘London’, pasando por una magistral versión de ‘The logical song’, Hodgson se mostró en forma, alternándose entre los teclados y la guitarra, liderando su bien engrasada banda y hechizando a su numerosa audiencia.

Al principio del concierto ya se ganó el corazón de los asistentes al hablar en francés lo mejor que podía. “Bonsoir tout le monde. Gatineau, Gatineau, c’est mon premier temps en Gatineau”, dijo, añadiendo en inglés: “Estoy muy contento de haber vuelto a mi casa aquí en Quebec… Vosotros sois mi gente”, lo que dio pie a una atronadora ovación. “Lo que más me gusta en la vida es tocar para el público”, nos dijo, y todos le creímos.

Entre canción y canción, Hodgson se atrevió con el francés siempre que podía, saltando de un idioma a otro mientras dedicaba el gran éxito de Supertramp ‘Breakfast in America’ a los voluntarios del festival. Alguien había metido la pata revelando el número de voluntarios, así que él podía mencionarlos sobre el escenario.

El festival al aire libre proporcionó una agradable velada de final de verano. El Parc de la Baie, junto al río Ottawa, lucía ambiente de carnaval: luces brillantes, algodón de azúcar, hamburguesas, puestos para hacerse un tatuaje y atracciones no recomendadas para los que sufren de vértigo. Fue un acto tranquilo y festivo con una vitalidad envidiable.

Volviendo al concierto, Hodgson, que debe ser uno de los tipos más relajados del mundo del rock and roll, parecía pasearse sobre el escenario. Saludando al público y con una sonrisa de oreja a oreja, no dejaba de ser fotografiado por su entregada audiencia antes de volver a los teclados para ofrecer una gran interpretación de la inspiradora ‘Lord is it mine’ y de una extensa ‘Child of vision’.

Hodgson también se acompañó de la guitarra acústica para cantar ‘Across the universe’, de John Lennon. Dijo que la había tocado recientemente en Liverpool como homenaje a los Beatles. Fue una lástima que el miembro palurdo del público no pudiera dejar de dar voces ni siquiera durante tres minutos. Hodgson cerró el concierto con la canción pop ‘It’s raining again’, provocando que varios espectadores abriesen y girasen sus paraguas al unísono.

El rompecorazones David Usher fue el telonero de Hodgson. En su repertorio incluyó ‘Alone in the universe’, ‘Some people say’ y varios de sus temas más conocidos. Igual que Hodgson, se ganó el aprecio del público en forma de aplausos por su esfuerzo al presentar su canción en francés ‘Je repars’ en su segundo y no suficientemente perfeccionado idioma.