Ute Wehrle, del periódico alemán "Badische Zeitung", asistió al concierto ofrecido por Roger Hodgson y su banda en la localidad germana de Bad Krozingen.

Estamos en 1969. El canal de televisión alemán ZDF emite el primer programa de “El Show de Peter Alexander”, los Beatles dan su último concierto en la azotea de los estudios Apple en Londres, y Roger Hodgson funda Supertramp junto a Rick Davies. Diez años más tarde, su álbum “Breakfast in America” vendería 18 millones de copias.

En Julio de 2011, Roger Hodgson se encuentra sobre el escenario del Kurpark de Bad Krozingen. Está de buen humor y tiene una nueva banda que se llama Roger Hodgson Formerly Supertramp & Band. El nombre de la banda se ha vuelto un poco más complicado desde que se separó de Rick Davies, pero el sonido sigue siendo el mismo. Y, lo que es más importante, Hodgson todavía tiene lo que es necesario y sabe cómo entusiasmar a sus fans.

Incluso antes de que suenen las primeras notas de uno de sus grandes éxitos, “Take the long way home”, los 2.500 asistentes al concierto le han dado la bienvenida con una frenética ovación. Pero eso no altera a Hodgson, que se dirige al público con complicidad diciéndoles que ha sido él quien se ha encargado de que esa noche haga tan buena temperatura, mientras lanza elogios al gran ambiente que hay en el Kurpark.

Y, para disfrute de la audiencia, continúa con un curso intensivo de alemán: “¿Cómo se pronuncia correctamente Bad Krozingen?”. En su carácter no hay nada de altivo y sus modales no son en absoluto pretenciosos. Es evidente que disfruta haciendo música y que eso se transmite a sus fans, quienes se vuelven locos cuando interpreta los viejos éxitos de Supertramp como “School”, “Two of us”, “Dreamer”, “The logical song” o “Breakfast in America”.

Esta última es una canción que a Hodgson le gustaría tocar alguna vez en el Oktoberfest de Munich. Dice entre bromas que la parte en la que tararea lo de “na-na-na-ná” sería muy apropiada, mientras se balancea de izquierda a derecha al más puro estilo bávaro. Y sigue divirtiendo al público cuando dice que para él “schlagsahne” (“nata montada”) es la palabra más importante del vocabulario alemán. “Me encanta la nata montada”, confiesa. ¿Por qué no? Hay cosas peores…

Las letras de sus canciones también demuestran que Hodgson tiene un gran sentido del humor. Por ejemplo, la de su canción “London”: “Ojalá estuviera en Inglaterra – Echo mucho de menos a la Reina - ¿Pero me echará ella de menos a mí?”. ¿Acaso alguien lo duda?

Aunque Hodgson tiene suficientes canciones originales, quiso interpretar una firmada por otro músico: “Across the universe”, de John Lennon. Fue un tributo a los chicos más famosos de Liverpool que hizo que los mecheros volvieran a aflorar entre el público.

La banda se reserva “It’s raining again” para el final del concierto, a modo de precaución. Lógicamente, no quieren tentar al destino en esta noche veraniega. La famosísima “Give a little bit” cierra una velada excelente. Al principio, el artista le había prometido a sus fans una actuación de dos horas, y Roger Hodgson y su banda mantuvieron su promesa hasta el final sin el más mínimo altibajo.