Reportaje de John Roos aparecido en el diario californiano "Los Angeles Times" poco después del comienzo de la gira "Solotramp" por Norteamérica.

 

Si has estado preguntándote qué pasó con Roger Hodgson, probablemente no seas el único que lo ha hecho. Aunque su nombre no sea muy conocido, Hodgson compuso y cantó muchas de las canciones más famosas de Supertramp. Su contribución, incluyendo clásicos de la radio como ‘Dreamer’, ‘Give a little bit’, ‘The logical song’, ‘Take the long way home’, ‘Breakfast in America’ e ‘It’s raining again’, ayudó a impulsar a la banda británica hacia el estrellato durante la década de los 70.

Sin embargo, algunas tensiones creativas condujeron a la marcha de Hodgson tras el disco que publicó el grupo en 1982, ‘Famous last words’. Su primer trabajo en solitario, ‘In the eye of the storm’, alcanzó la categoría de disco de platino dos años más tarde, pero cuando su segundo álbum, ‘Hai hai’, fracasó en 1987, el cantante y guitarrista desapareció del mapa.

Ahora Hodgson ha reaparecido con su tercer disco en solitario, ‘Rites of passage’, y está llevando a cabo una gira promocional llamada ‘Solotramp’ que llega esta noche al Teatro Galaxy de Santa Ana. Todos esos años perdidos forman una historia de desilusiones, búsquedas espirituales y recuperaciones.

Los problemas empezaron pocos días después de la publicación de ‘Hai hai’, un álbum que Hodgson admite que es flojo y describe como “el disco que hice para todo el mundo menos para mí”. Se rompió las dos muñecas tras caerse al suelo desde una litera y estuvo dos años sin poder tocar ningún instrumento. Física y emocionalmente destrozado, se adentró en un largo período de inseguridad.

“Había dedicado una parte tan grande de mi vida a Supertramp que no sabía exactamente cuál era mi propia identidad”, dice Hodgson, de 48 años, al teléfono desde la parada de su gira en Seattle. “Dejé el grupo porque nos habíamos estancado y no vi la forma de seguir desarrollándome dentro de él. Pero no tenía el ego ni la autoestima suficientes para ser un artista en solitario”.

“Mi autoestima se deterioró aún más con ‘Hai hai’. Ese proyecto duró dieciséis meses y no salió bien. Me sentí deprimido y confundido. Pero la lesión de las muñecas me permitió dar un paso atrás y pasar mucho tiempo con mi familia por primera vez. Eso me hizo aprender algunas lecciones importantes”.

La familia de Hodgson jugó un papel crucial en su transición. ‘Rites of passage’ fue concebido, financiado y producido por Karuna, la mujer con la que Hodgson se casó hace diecinueve años. “El disco fue idea suya”, dice Hodgson, natural de Portsmouth (Inglaterra).

“Yo llevaba años intentando grabar otro disco, pero cada vez que me ocurría algo malo me olvidaba de él… Tenía miedo de seguir intentándolo. Pero ella corrió con el riesgo y tuvo el suficiente valor para decirme: ‘Roger, lo único que tienes que hacer es salir de aquí y tocar en directo. Yo me encargaré de todo lo demás’. Y a pesar de todas mis protestas, eso es lo que hizo”.

Pero la desgracia volvió a golpear a Hodgson una vez más. Mientras visitaba la selva tropical de Ecuador en 1995, su sistema inmunitario se vio dañado y sufrió una artritis infecciosa. Perdió veinte kilos de peso y tuvo que permanecer seis semanas en una silla de ruedas. Poco después, a su hermana Caroline le detectaron cáncer y murió cuando Hodgson estaba a punto de grabar su nuevo disco.

Afectado anímicamente pero decidido a seguir adelante, Hodgson consiguió terminar ‘Rites of passage’, álbum grabado en directo en un club de Nevada City (California), la ciudad en la que vive. El proyecto tiene un toque desenfadado y ligero, y contiene enérgicas versiones de varias canciones de Supertramp así como seis temas nuevos.

El material nuevo abarca desde el pop-rock pegadizo de ‘Every trick in the book’ hasta la concienciación social de ‘Showdown’, pasando por la ternura de ‘Melancholic’ y el hipnotismo con tintes orientales de ‘Time waits for no one’.

“Yo siempre me he considerado un perfeccionista”, dice Hodgson. “Cuando publicamos ‘Crime of the century’ nos catalogaron como un grupo de los de ‘alta fidelidad’, así que a partir de entonces siempre se esperaba de nosotros ese tipo de sonido, y yo caí de cabeza en esa trampa. Ahora sé apreciar la pasión de la música en su estado más puro”.

Otra pieza clave en el renacimiento creativo de Hodgson es su hijo Andrew. El joven Hodgson no sólo toca la batería y canta en ‘Rites of passage’, sino que su presencia ha reavivado el amor de su padre por las virtudes más básicas de la música.

“En cierto modo, él ha despertado el adolescente que hay dentro de mí”, dice Hodgson. “Antes de que la música y la vida se volvieran tan complicadas, yo era igual que él… Era un soñador que vivía por la música. A veces, según te vas haciendo más viejo, cada vez te quedas más atrapado bajo las presiones del negocio. Así que Andrew ha sido para mí una gran inspiración, haciéndome recordar el tiempo en que hacía música sólo para divertirme”.

Aunque Hodgson dice que su estado de ánimo actual es inmejorable, su humor cambia al hablar de Rick Davies, con quien fundó Supertramp en 1969. Hodgson sostiene que cuando dejó el grupo ambos acordaron que Hodgson renunciaría a los derechos sobre el nombre Supertramp a cambio de que Davies no interpretase ninguna de las canciones de Hodgson en directo.

Supertramp volvió a salir de gira el año pasado para promocionar su último disco, ‘Some things never change’, y Davies utilizó a otro cantante, Mark Hart, para interpretar algunos clásicos de Hodgson, entre ellos ‘Take the long way home’ y ‘The logical song’.

“Eso no me sentó nada bien”, dice Hodgson tras un largo suspiro. “Al poner a otro tipo a cantar mis canciones, Rick ha convertido a Supertramp en un grupo de segunda fila. El no necesitaba hacer eso, tiene montones de grandes canciones. No lo entiendo… ¿Dónde está su honradez?”. Cabe decir que Davies declinó ser entrevistado para aclarar este punto.

La gira ‘Solotramp’ de Hodgson ofrece una mezcla de sus composiciones con Supertramp, algunas de sus canciones en solitario y otras inéditas. ¿Hay algo detrás del nombre de su primera gira norteamericana en catorce años?

“No lo sé… ‘Solotramp’ parece un nombre un poco cursi para la gira”, dice entre risas. “Pero me gusta, y creo que mucha gente conoce Supertramp pero muy pocos saben quién soy yo. Estoy haciendo esta gira en solitario para pasármelo bien y para intentar establecer mi propia identidad. Y me siento muy a gusto tocando las nuevas canciones”.

También disfruta interpretando sus temas de Supertramp, aunque tal vez desde una perspectiva diferente. “Cuando dejé Supertramp sentía que esas canciones pertenecían al grupo”, dice Hodgson. “Pero ahora siento que me pertenecen a mí, porque son mis canciones”.

“Creo que hay un alto grado de intimidad dentro de estos conciertos. Hay algo de magia al escuchar esas canciones en un formato tan básico, tan parecido al que tenían cuando las compuse, sólo con la guitarra acústica o con el piano. Y también llevo conmigo ese antiguo órgano de aire a presión, con el que compuse temas como ‘Breakfast in America’ e ‘It’s raining again’. Forma parte de mi historia, y los fans se vuelven locos cuando lo escuchan”.