Reportaje de Kevin Kelly para el periódico "The Newfoundland Herald" coincidiendo con el comienzo de la gira de Roger por Canadá.

El legendario compositor Roger Hodgson está a punto de traer su inconfundible voz y sus conciertos íntimos hasta las costas de Newfoundland. Como cofundador del supergrupo inglés de los años 70 Supertramp, Hodgson fue el autor de algunas de las mejores canciones del rock de aquella época.

De ‘Give a little bit’ a ‘The logical song’, pasando por ‘Take the long way home’, ‘Dreamer’ o ‘School’, entre otras muchas, Supertramp vendió más de sesenta millones de discos mientras Hodgson formaba parte del grupo. Dos de esos álbumes, ‘Crime of the century’ y ‘Breakfast in America’, acabaron vendiendo más de un millón de copias cada uno sólo en Canadá.

Hodgson dejó Supertramp en 1983 tras grabar el álbum ‘Famous last words’ para dedicarse a su familia y a su propio espíritu, y para trabajar a su ritmo. Después de publicar dos discos en solitario, ‘In the eye of the storm’ en 1984 y ‘Hai hai’ en 1987, Hodgson desapareció de la circulación. Desde entonces ha seguido publicando discos, pero apenas ha salido de gira para promocionarlos.

Sin embargo, eso no significa que sus canciones también hayan desaparecido de la circulación. En Mayo de este año Hodgson fue premiado por la ASCAP (la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores) en reconocimiento a su canción ‘Give a little bit’, que fue una de las más interpretadas durante el año 2005 gracias a una reciente versión que hizo de la misma el grupo Goo Goo Dolls, la cual tuvo un gran éxito.

Hodgson se subirá al escenario del Mile One Centre de St.John’s el próximo 6 de Noviembre para llevar su música hasta los fans locales. Es su primera gira por Canadá en veintitrés años y promete contener muchas veladas musicales íntimas. El artista acaba de publicar un DVD, ‘Take the long way home – Live in Montreal’, cuyas ventas ya han alcanzado un disco de platino en Canadá, que da una pequeña idea de lo que nos espera para esta gira.

Ya sea tocando los teclados, la guitarra o el piano, la interpretación de las canciones tiene un carácter muy íntimo, con el acompañamiento de su voz única y apenas uno o dos instrumentos más. Son canciones en su estado más esencial.

Hemos tenido la oportunidad de hablar con Hodgson sobre su estilo como compositor, sobre su carrera y sobre su intervención en el concurso de televisión ‘Canadian Idol’, en el que participa Craig Sharpe, natural de Newfoundland.

“Cuando desnudo todas esas canciones para que suenen igual que cuando las compuse, puedo apreciar las sensaciones que se crean entre el público”, afirma Hodgson sobre la reacción de la gente en sus conciertos. “Se produce una especie de magia al escuchar las canciones en ese formato. Me encanta esa intimidad de los conciertos que doy en solitario”. Hodgson dice que en el escenario se siente “como en casa”.

“Estoy viviendo otra vez un nuevo romance con esas canciones. Estoy descubriendo que me gustan ahora más que nunca”. Dice que, aunque han pasado bastantes años desde que las compuso, la gente todavía quiere oirlas y disfruta con ellas. “Estoy sorprendido de lo bien que han soportado el paso del tiempo”, asegura. “Y para mí, que soy quien las canta, es todavía más sorprendente. Nunca me canso de ellas. Cuando me subo al escenario, quiero dar lo mejor de mí mismo”.

Recientemente, toda una nueva generación descubrió la música de Hodgson, cuando ejerció de profesor en el popular programa de televisión ‘Canadian Idol’ junto a Dennis de Young, antiguo miembro de Styx. Hodgson dice que disfrutó de esa experiencia. “Con esos chicos me sentí como un padre orgulloso y protector”, afirma sobre su trabajo con los concursantes.

Dice que los siete supervivientes del concurso forman un grupo de individuos fabuloso, incluyendo a Craig Sharpe. “Conquistó mi corazón”, dice sobre el muchacho de Upper Island Cove. “Debe ser muy, muy joven, pero yo sé por qué lo hace tan bien. Tiene una voz con mucho carácter y consiguió que me sintiera orgulloso de él. Su voz es única y creo que puede llegar todo lo lejos que se proponga”.

Hodgson compone de una forma muy especial. Nos cuenta que escribir una canción suele ser un proceso bastante largo. “Con cada canción es diferente. ‘Dreamer’, por ejemplo, surgió en un solo día, con la letra y con todo. Debió ser por el estado de ánimo en el que me encontraba. Cogí la grabadora y registré la canción, empecé a hacerle los arreglos, a poner las armonías… Fue todo muy rápido”.

Sin embargo, su formula habitual a la hora de componer es bien distinta. “En general, cuando surge una canción dentro de mí, suele atravesar un proceso de tres o cuatro semanas”, dice. “Capto una nueva melodía que empieza a dar vueltas y más vueltas en mi cabeza, y no puedo dejar de pensar en ella. Yo lo comparo con un breve romance amoroso. Es algo muy apasionado, igual que cuando te enamoras”.

Tras abandonar Supertramp en 1983, Hodgson admite que fue difícil olvidar la dinámica que tenía en el grupo. “Estuve catorce años en la banda. Fue una aventura increíble y una experiencia enriquecedora. Aprendí mucho sobre mí mismo y sobre la naturaleza humana, y también sobre la adulación y las críticas”.

Después de haber experimentado los altibajos de la fama, Hodgson reflexiona sobre su carrera. “La fama y el éxito ocultan muchas trampas”, dice. “Nadie te da un manual para saber cómo llevarlos, y tienes que superar todos los obstáculos por tu cuenta. Tu mundo exterior cambia de forma dramática”.

Una de sus canciones se llama ‘Time waits for no one’, y representa una buena filosofía de lo que han sido la carrera de Hodgson y los cambios en su vida a lo largo de los años. Sin embargo, las canciones que él crea dejan una huella imborrable en quienes las escuchamos, y enriquecen un poco más nuestras vidas. Tal vez por eso los fans conectan tan bien con su sonido.